Capítulo 1

1948 Words
Esto es real. Es real, real, real. —Perfecto, se han publicado mil copias de "Corazones de Cristal" las cuales, han sido distribuidas en las capitales principales. Quinientas cuarenta ya fueron vendidas y apenas ha transcurrido dos días desde su publicación. Es real, real, real. —Debemos considerar que, para ser su primer libro, es todo un éxito. No esperábamos tanta acogida por parte del público juvenil, quienes hasta el momento son los fieles seguidores. Respira Andrea, respira. —Hemos ordenado la impresión de más ejemplares, en la capital está casi agotado el stock del libro. Todos estamos sorprendidos por el éxito de ello. Debo ofrecerles una disculpa Erika y Andrea por subestimarlas a ambas. Fue un error no confiar en la calidad de tus letras Andrea, y en tu talento y creatividad. Así que, mil disculpas y felicitaciones. —Gracias señor Adams. —Miro a mi editora y amiga Erika que se encuentra en shock todavía—. Erika y yo agradecemos que aunque un poco escéptico haya accedido a publicar mi libro. —Y no sólo este libro, Andrea, lo hemos hablado y vamos a enfocarnos en los otros cuatro que ya tienes terminados. —El señor Adams sonríe y ahora soy yo la que está en total shock emocional. Es real, es real, es real. Ese ha sido mi mantra desde que la editorial WorldPaper accedió a publicar uno de mis libros después de que —mi mejor amiga y editora Erika Flórez— insistiera en el éxito que sería. Al principio fueron realmente crueles conmigo, calificaron mi libro como una novela cursi, vacía e insignificante. Una más de las tantas novelas románticas que ya existían, sin embargo, al consultar el éxito de dicha insignificante novela en las páginas de auto publicación, decidieron ceder un poco y apoyarme. Erika exigió que se publicaran cinco mil copias, pero la junta directiva dudaba de mi trabajo, así que sólo publicaron mil, que en tan sólo dos días más de la mitad ya fueron vendidas. Ahora no sólo harán más copias, sino que también llevarán al papel mis otros cuatro preciosos. Esto es fantástico. Varios de mis seguidores llevaban desde hace mucho preguntando en qué momento podrían obtener mi libro en físico, deseaban llenar sus bibliotecas con mis letras, pero hasta el momento los ahorros que tenía para publicarlos, los invertí en mi nueva casa y la colegiatura de mi pequeño hijo —tiene cuatro años, pero su educación cuesta lo mismo que una universidad— ya me había resignado a esperar el ser "descubierta" por una editorial y lograr el apoyo. Por cuatro años he estado escribiendo, antes eran relatos cortos sobre personajes sobrenaturales, historias cortas de trágico amor y uno que otro cuento sobre algunas aventuras con mis amigas. Los últimos dos años he escrito cuatro libros completos, novelas románticas y un poco eróticas, con humor y diversión. Había creído que debía esperar otro par de años para lograr publicar mi libro, debido a los altos costos —hasta que mi mejor amiga Erika, encontró su primer empleo como editora senior en WorldPaper, gracias a los contactos de su señor padre— y entonces aquí estoy hoy, sentada en la editorial recibiendo las buenas nuevas. Las regalías de estas ventas no se harán efectivas hasta dentro de dos meses. No obstante, el hecho de que mil copias estén vendidas y que mil personas puedan leer lo que con tanto esfuerzo y cariño he realizado me tiene más que feliz. *** —Debemos celebrarlo. Es decir, vamos Andy, esto es algo grande, realmente grande. —Mi mejor amiga se encuentra vibrando de emoción mientas tomamos la siguiente calle hacia la casa que compartimos—. Podríamos ir al club, tengo pases VIP para Thre Level, nos embriagamos, bailamos, reímos y después nos desmayamos en la sala de la casa mientras intentamos subir a nuestras habitaciones. —¡Guau chica! Ya tienes todo planeado —Río por su plan ya tan bien ejecutado—, pero tenemos un pequeño inconveniente reina del baile. —¿Cuál? —Santi, ¿ese pequeño humano que salió de mi cuerpo hace cuatro años? el cual me llama mamá y pide comida cada dos minutos, —Sonrió al recordar siempre a mi pequeño—. Candice tiene planes hoy, no puede hacer de niñera, y Tony anda desaparecido desde ayer, dijo que llegaba mañana. —Mierda... pero debemos celebrar. Si no lo hacemos atraeremos mala suerte. —¿Quién dijo eso? Eso es totalmente falso. No tiene pies ni cabeza. —Es cierto. Mira, cuando me gradué de la universidad, no lo celebramos y tuve tres años de malos empleos y mala suerte. —Tuviste malos empleos porque dormiste con tus compañeros de trabajo, que luego te acosaban en la oficina y después tú tratabas de asesinarlos, envenenando el café con laxante o empujándolos por las escaleras. Resopla y luego ríe al recordar todas las "travesuras" que ha hecho. —Soy un espíritu rebelde. Además, juré que no vi a Bill bajar por las escaleras. —Eres peligrosa y Bill te saludó al pasar, el vídeo es claro. —Deberías estar de mi lado. —Lo estoy. —No lo parece. —Erika toma su móvil y realiza una llamada. —No puedes conducir y hablar por teléfono. Eres pésima coordinando, dámelo, quiero ver crecer a mi hijo. —No seas dramática. ¿Hola? mamá... ¿Qué vas a hacer esta noche? Perfecto. Necesito que cuides al demonio... —No le digas así —bramo y golpeo su brazo causando que nos desviemos del carril. —Tú eres quien hará que nos matemos —replica dándome una fuerte mirada—. No, le hablo a Andy, ¿Entonces mami? —Hace una pausa mientras Deborah contesta—. Perfecto. No, sólo dale jugo de naranja, prepara mil sándwiches, déjalo ver Peppa, y estará feliz. Si su demonio interior resurge amenázalo con bañarlo. —Jadeo y obtengo una mirada de disculpa por parte de mi mejor amiga—. Lo siento Andy, pero eso funciona cuando lo cuido. —No puedo creer que hablen así de mi pequeño, si es un ángel. —Con cola y cuernos —resopla. —Es un buen niño —contesto a la defensiva. —Cuando no tiene hambre y está viendo a esa cerdita horrorosa —Sigue su conversación telefónica—. Vale madre, en unas horas lo dejaremos en tu casa. Gracias, te amo. Volteo mi rostro hacia la ventana, ocultando mi sonrisa. Soy consciente de que mi hijo en ocasiones es un dolor de cabeza, pero sé que nadie se negará a cuidarlo, es realmente dulce y bueno. —Todo listo. Mamá está flipando al saber que podrá cuidar al demonio. Sólo espero que no vuelva a lo de querer nietos... —Arruga sus cejas pensando en la última vez que su madre le exigió un nieto—. Pensándolo bien, creo que no es una buena idea. —Finge estremecerse—. Mi madre enloquecerá. —Los niños no son tan malos sabes. Sé que Santi llegó antes de lo esperado, pero es lo mejor que me ha pasado. —Sé que eres feliz y el demonio es adorable, pero hijos... no gracias. Estuve en tu parto recuerdas. Vi cómo su cabeza te partió en dos y... ¡Eww! ahora quiero vomitar. —No seas exagerada. Duele, pero el resto es perfecto —suspiro feliz. —¿Pañales sucios y vómito en tu camisa? No comprendo tu concepto de perfecto. —Algún día lo entenderás. —Pues más vale tarde que temprano. —Me da una de sus sonrisas de estrella. —Lo que tú digas. —¡Exacto! *** —¡Mami! —Una pequeña bola de cabello rubio se abalanza sobre mí— ¡Te extrañé mami! —Hola mi amor ¿Qué tal la escuela? —Beso su regordeta mejilla. —Aburrida, mami. La profe no me dejó ver Peppa la cerdita. —Cariño, tú vienes a estudiar no a ver televisión. —Pero entonces, ¿por qué hay un televisor? —Miro a Erika quien se encoje de hombros, sabe lo que viene ahora. —Porque la profesora lo necesita para otras cosas. —¿Qué cosas? —Vídeos, exposiciones. No lo sé cariño. —¿Qué son exposiciones? —Son presentaciones amor —Camino sujetando su mano hacia el auto. —¿Y qué son presentaciones? —Erika ríe, pues sabe que tendré probablemente media hora de esto. —Es cuando las personas realizan unos dibujos para enseñarle a otros algo. —¿Puedo hacer una exposición de Peppa? —Eh... no lo creo. —¿Por qué no? Aquí vamos... *** Media hora después, hemos llegado a casa. Santi dejó su interrogatorio existencial y ahora está en el sofá de nuestra sala pintando y comiendo unas rodajas de mango. —Mami, creo que este carro está dañado. —¿Dañado? Cariño es un dibujo. —Sí, mami, pero está sucio. —Déjame ver. —Me entrega el libro para colorear que se encuentra lleno de manchas de mango. —Ves mami, se dañó, tiene manchas de mango. Ya no sirve, hay que arrojarlo como mi camisa de Pooh. —Tienes razón —Sonrío y beso su frente—, vamos tengo otro cuaderno en el cajón, pero primero a limpiarse. —¡Noooooo! No me bañes mami, seré un niño bueno —grita con los ojos aguaditos por las lágrimas. Observo a Erika quien intenta no partirse de la risa. —¿Por qué no quieres bañarte? A ti te gustaba el agua. —La tía Erika dijo que el dragón del agua me comería. —Hace un mohín y me abraza fuertemente. Reprendo con mi mirada a Erika que huye escaleras arriba. —No hay tal dragón cariño, ven vamos a ver. —Tengo miedo, mami. —Mami te protegerá. —¿Y si te come a ti? —Me dirige sus ojitos azules preocupados. —Soy demasiado grande y fuerte para ese dragón —respondo. Lo levanto en mis brazos y con mi voz de caballero grito—: Acabaré con él. Diez minutos después, fingiendo que mato a un inexistente dragón, logro que mi hijo entre al baño y se limpie. —¿Dónde está el cuerpo, mami? —pregunta mi angelito mirando alrededor del baño, enjabono su cabello con shampoo de manzanilla. —¿El cuerpo de quién? —Del dragón. Dijiste que acabaste con él. —Oh. Piensa rápido, piensa rápido —Lo dejaste vivo mami, puede volver y atacarme cuando esté solo. —No cariño, el cuerpo del dragón se convirtió en burbujas, mira. —Soplo el shampoo de su cabello y las burbujas vuelan. —¿Tengo sangre de dragón en el cabello? —chilla y me congelo. Oh cielo santo. Debí haber dicho otra cosa—. ¡Genial! Dejo escapar un suspiro de alivio. Después de bañar a mi pequeño le pongo su ropita y alistamos su maleta para irnos a casa de Deborah. Alisto sus juguetes y su oso Pepe para dormir. —Estamos listos, tía Erika —¡Oh, pero mira qué lindo y limpio niño! —Se acerca a mi bebé y lo besa en su mejilla—. Te ves muy hermoso, vamos, la abuela Deborah nos tiene galletas y leche de chocolate preparada. —¡Síiii! —¿Tu mamá sabe que no se dormirá temprano si le da leche de chocolate? —No lo sé. Me imagino que sí. Por el bien de Deborah espero que no le dé demasiada azúcar a mi pequeño, si lo hace se transformará en un verdadero demonio.
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