Dulces y Caramelos

Capítulo 3

Mis rodillas tiemblan, todo mi cuerpo temblaba. No fue fácil deshacernos de las demás, pero lo logramos. Lucy y Tabatha no quedaron convencidas, sobre todo Lucy que es demasiado entrometida. Les dijimos que iríamos al supermercado inventando una excusa acerca de mi padre ocupado que no pudo hacer la despensa. Parecería creíble de no ser porque Lauren, la asistenta de papá, se encarga de las compras y mis amigas lo saben. Así que antes de que pudieran preguntar otra cosa, yo ya estaba en mi auto yéndome con Rebecca.

Ella dice que debería de decirles, que son nuestras mejores amigas y blablablá ¡No puedo! ¡Es muy vergonzoso! No estoy hablando de esconder un perrito de mi padre, no es un desaprobado ¡Es un engendro! Uno que está creciendo en mi panza y del cual aún no sé qué haré. No me siento orgullosa de lo que pasó esa noche y este resultado solo le agrega más leña al fuego. A quien menos quiero decirle es a Mindy, y no porque desconfíe de mi prima, sino precisamente porque es mi prima, mi tía Kate se podría enterar y le dirá a mi padre.

  - Ya cálmate…

Me susurra Becca.

  - Es fácil para ti decirlo…

Contesto de forma mordaz. Estamos afuera del consultorio del ginecólogo rodeadas de una decena de mujeres embarazadas ¡Todas me están viendo raro! Y lo peor es que es justificable. Es decir, son tiempos modernos, esta clase de situaciones se está haciendo cada vez más común ¡Pero no deja de ser reprobable para algunos adultos! ¡Y pienso lo mismo! ¡Soy una mocosa de diecisiete! ¡¿Qué mierda sé yo acerca de bebés?! ¡No tengo la puta madurez suficiente para esto! Siempre critiqué mentalmente a las personas que quedaban embarazadas a temprana edad ¡¿Cómo podía pasar?! Habiendo tantos métodos anticonceptivos de todos los precios y todas las formas ¡Tenías que ser bestia para que te sucede! ¡Pero me está sucediendo! ¡Fui bestia! ¡Fui irresponsable! Ahora estoy sufriendo las consecuencias de mis actos y es horrible.

- No, pero igual deberías calmarte…

- Vete a la mierda Becca… - me seco las palmas sudorosas en mi pantalón, no soporto esto – Iré al baño…

- ¿Tienes nauseas?

Pregunta, levantándose.

- No – contesto – Solo quiero ahogarme en el lavabo

- No demores que ya va a ser nuestro turno

- Sí mamá…

Becca sonríe, pongo los ojos en blanco. Camino por los pasillos, me siento desorientada, debe de ser el estrés. He recorrido cientos de veces este hospital, es el lugar al que la escuela te envía si sufres algún accidente, pero ahora luce tan extraño, y es que estoy en un área al que nunca he ido ¡Aún estoy muy pequeña para hacerme esta clase de exámenes ginecológicos! Santa mierda…

Miro a mi alrededor, estoy oficialmente perdida dentro del puto hospital ¿Cómo mierda te pierdes en un hospital? Sigo caminando, ya estoy demasiado lejos ¡Llegué al bendito jardín donde los enfermos pasean! Suelto un bufido, ni siquiera sé cómo regresar al área de maternidad. Mierda. Alzo la mirada, hay un edificio con un letrero blanco con letras rojas que dice “Emergencia”, quizá allá haya un baño…

- ¡Señores Kennedy…!

Escucho ¡Mierda! ¡Lo que me faltaba! ¡¿Cómo carajos lo olvidé?! Me escondo detrás de una columna. Uno de los amigos de Jared, Jonathan, está caminando hacia una pareja. Frunzo el entrecejo, esto explica mucho. El hombre es alto, incluso más que Jared, pero la gran diferencia entre él y su padre, es que su padre es afroamericano. La mujer es incluso más distinta a Jared, la mujer es asiática. Suelto un jadeo ¡Jared es blanco! ¡Y rubio! ¡De ojos cafés! ¡¿What?! No puede ser cierto ¡He estudiado con Jared bajo el mismo techo durante años! ¡¿Cómo es que nadie sabe que es adoptado?! Y sobre todo… ¿Por qué los oculta…?

- ¿Cómo está?

Pregunta la mujer, acercándose al chico.

- Está en traumatología, se rompió el cúbito…

Le contesta, bajando la mirada. La mujer suelta un sollozo, sus ojos se llenan de lágrimas y su labio comienza a temblar. Su esposo la abraza, él se ve igual de preocupado. Frunzo el entrecejo, es más que obvio que se preocupan por Jared… no entiendo nada…

- Calma querida…

Le consuela el hombre.

- Amor… él va a sufrir… él… se va a sentir muy mal y… va a sentirse triste…

Los sollozos de la mujer aumentan, se le ve muy afectada. No entiendo, a mí me encantaría causar esa reacción en mi padre ¿Por qué Jared los niega? No tiene sentido…

- ¿Fisgoneando?

Pego un salto.

- ¡Mierda Charles!

Me giro, fulminándolo con la mirada

- ¿Qué haces aquí?

Pregunta con una sonrisa, aprieto los puños.

- Vine aquí con Rebecca

- ¿Ella está bien?

Pregunta con la preocupación reflejada en el rostro.

- Sí… - contesto con confusión, alzando una ceja, él también está raro – Solo es un chequeo que me haré…

- ¿Por lo de tu desmayo? – asiento – Espero que estés bien

- Gracias…

¡Mierda! ¡¿Por qué mierda le dije a lo que venía?! Concéntrate Susy, no caigas en su hipnótica sonrisa.

- Bueno… - Charles mira a la pareja hablar con Jonathan – No vayas a mencionar nada sobre los padres de Jay

- Entonces sí son sus padres… - él asiente - ¿Por qué no los menciona?

- Es complicado…

- ¿Se avergüenza de ser adoptado?

Pregunto sin poder contenerme.

- ¡Susan!

Grita la voz de Rebecca.

- Becca…

Me giro boquiabierta, ella me fulmina con la mirada.

- ¡¿Por qué mierda demoraste tanto?! – pregunta - ¡¿Y tú qué haces aquí?!

- Estoy con mi amigo

Contesta Charles con un encogimiento de hombros.

- Como sea… - Becca me toma del brazo y me lleva fuera del edificio - ¡Vámonos!

- ¡Me haces daño! – me quejo - ¡Rebecca!

- ¡Solo muévete!

Llegamos de nuevo al área de maternidad ¡Mierda…! Respiro hondo, una enfermera sostiene una tablilla donde mi nombre está escrito. Varios pares de ojos se enfocan en mí, respiro hondo. Esto es demasiado vergonzoso. Todas estas mujeres deben de estar pensando que soy demasiado joven para estar embarazada, algunas de seguro pensarán que no lo soy y que esto ya es normal de ver. Todos de seguro coincidirán en que soy muy tonta al quedar embarazada truncándome todas las posibilidades. Incluso con el apoyo de mi padre, que dudo que me lo dé, será difícil criar a un bebé ¡Pero yo no quiero! ¡Este engendro! ¡No lo quiero! Debo de meditar todas mis posibilidades…

  - Bienvenida señorita…

  - Duncan…

Agrego, mirando a Becca.

  - Pues… comencemos… - sonríe – Échese en la camilla y levante su camiseta…

Obedezco al instante, cierro mis ojos, no me gusta esto. Siento como un gel frío cae sobre mi abdomen, aprieto la mano de Rebecca. Mis ojos se llenan de lágrimas. No quiero ver a esa cosa, no quiero, en verdad no quiero…

  - Oh dios mío…

Suelta Rebecca, las lágrimas caen por mis mejillas.

  - ¡Ahí está! – celebra la doctora – Mire… - niego con la cabeza, no quiero ver esto – Oh… - abro los ojos, la doctora me mira con preocupación – Ya veo… - miro a Rebecca, ella debe de haberle dicho algo – Pues… debes de tener aproximadamente cuatro semanas de embarazo… - asiento, viendo la pantalla – Ese punto es tu bebé, tiene el tamaño de una judía, sus brazos y piernas ya están por formarse, y ya tiene ojos…

  - ¿Ya…?

  - Sí… son dos puntitos negros… - sonríe, vuelvo a derramar lágrimas – Se ve sano… - me mira de nuevo - ¿Te estás alimentando bien? – niego con la cabeza - ¿Qué es lo que planeas hacer…?

  - Ni puta idea… - la doctora me entrega un poco de papel para limpiarme, imprime las imágenes – No fue algo planeado…

  - A tu edad parece que esa es una constante, no lo planean… - asiento cabizbaja, no necesito que ella me lo reproche - ¿Tu novio lo sabe…?

  - No tengo novio… - la miro – Y mi padre obviamente no lo sabe aún…

  - Pues te recomiendo que hables con alguno… - me sonríe – El embarazo puede ser un proceso muy doloroso si no se está en calma… - asiento – Te recetaré algunas vitaminas… ¿Sientes nauseas?

  - Muchas…

  - Y no está comiendo adecuadamente

Agrega Rebecca.

  - Pues tendrás que hacerlo, aunque no te apetezca, en el primer trimestre el bebé consumirá todas tus reservas – sella la receta y me la entrega – Te programaré una cita para dentro de unas cuantas semanas… - sonríe – Espero que todo te vaya bien

  - Gracias…

  - No te desalientes… será difícil pero no imposible…

  - De acuerdo…

  - Lo dice la experiencia…

Sonríe, yo abro al máximo los ojos ¿Ella también tuvo un embarazo adolescente? Sonríe aún más. No sé cómo habrá sido su caso, el mío es distinto. Papá no lo va a aceptar, no lo tomará nada bien.

Salimos del consultorio. Ahora me siento peor. Veo las imágenes del engendro, apenas es un punto y la cosa esa ya tiene ojos ¡Mátenme! No quiero sentirme mal por él, no quiero tenerle afecto ¿Cómo me deshago de algo que ya tiene ojos?

  - Susy…

  - No puedo abortarlo… - susurro, sosteniendo la foto de la ecografía – No puedo Becca… - mis ojos se llenan de lágrimas - ¡Esa cosa tiene ojos y sus brazos están por crecer!

  - Susy…

Me abraza.

  - ¿Y si ya siente? ¿Y si sabe que está dentro de mí? – miro el punto encerrado en un círculo – Ya no es un puñado de células, es un renacuajo con ojos…

  - Susy… - nos separamos, hemos salido a los jardines - ¿Entonces qué planeas?

  - No sé… - respiro hondo, me siento abrumada – Mi padre no lo va a permitir, y no sé si pueda ir por la escuela con una panza de embarazada ¡Qué horror! – me llevo las manos a la cabeza – No sé qué haré… porque así lo de en adopción voy a tener que comerme todo un embarazo… ¡No quiero!

  - ¿Y si le dices a Jared…?

  - ¡¿De qué serviría?!

  - ¡No sé! – exclama – Tal vez te convenza de que el aborto es lo mejor para ti, así todo volverá a la normalidad

  - ¿Lo hará? – la miro fijamente - ¿En serio crees que lo hará?

  - No… - se muerde el labio – Tú eres incapaz de hacer eso, muy aparte de si el bebé ya tiene ojos o piernas, tú no eres de las que toman ese tipo de decisiones…

  - ¿Entonces qué hago?

  - Igual pienso que sería bueno que le digas a Jared…

  - ¡¿Por qué?!

  - Porque… no sé… ¿Tiene derecho a saberlo? – suelto un bufido – Si te lo vas a quedar, él tiene que hacerse responsable de alguna manera… - asiento – Y si no te lo quedas… no sé… dale el beneficio de la duda, quizá no le guste la idea de dar a su hijo en adopción…

  - Quizá… - bajo la mirada – Yo… - la miro – Acabo de ver a sus padres en Emergencia…

  - ¿Qué…?

  - Jared ha sido traído aquí por el accidente de la escuela, por eso el séquito de idiotas también está aquí… - asiente – Sus padres… ellos… - miro a Rebecca – Jared es adoptado…

  - Oh… - abre al máximo los ojos – Con mayor motivo deberías de decirle…

  - ¿Por qué?

  - Quizá se sienta identificado…

  - Lo dudo… - me cruzo de brazos – Jared es un idiota en todos los aspectos… - frunzo el entrecejo – Niega a sus padres…

  - Eso sí… nunca nadie los ha visto…

  - Y por lo que vi, esa pareja lo adora – suelto un bufido - ¿En serio crees que un chico que niega a las personas que lo criaron y le dieron amor, tenga algo de compasión o interés en su Engendro?

  - No… - baja la mirada – Creo que tienes razón…

  - Gracias… - ruedo los ojos – Ahora vámonos…

  - Igual… deberíamos de pensar qué harás ahora… - asiento – Tienes un mes de embarazo… - aprieto los puños – Cuanto más tiempo demores en decidir, más difícil se te hará decidir…

- ¿Por qué…?

Nos detenemos de nuevo.

- ¡Susy…! – Becca me mira fijamente - ¡Esa cosa está dentro de ti! ¿No sientes nada de afecto por él? 

- Yo… - miré a Becca y las lágrimas caen - ¡No puedo tener un bebé! – lloro - ¡No quiero tener un bebé!

- Calma… - Becca me palmea la espalda – Cálmate…

- ¿Qué haré? ¡¿Qué haré?! – golpeo el suelo con mis pies – Abortar o ponerlo en adopción… ¡Es muy difícil! ¡Tengo miedo!

- Cálmate… - nos abrazamos, cierro los ojos sintiendo las lágrimas caer – Todo va a estar bien…

- No quiero estar embarazada… - lloriqueo - ¡No quiero!

- Lo sé… pero debes de ser fuerte

- ¿Estás embarazada…?

Pregunta una voz, yo me separo de Becca al instante.

- Charles…

Pronuncia ella en un susurró.

- ¿Lo estás?

Pregunta, mirándonos.

- No es de tu incumbencia

Rebecca mira con firmeza al más alto ¿Desde cuándo Becca es tan valiente frente a uno de los amigos de Jordan?

- Becca…

Charles abre la boca, Rebecca me toma del brazo y tira de mí.

- No tengo nada qué hablar contigo

Suelta con enojo, caminamos hacia la salida del hospital.

- ¿Y así dices que no sucede nada con él?

Pregunto, caminando al auto.

- No quiero hablar de ello

Sentencia, soltándome. Frunzo el entrecejo, entramos en el auto. Algo raro le pasa a Becca, la curiosidad me carcome. Suena ridículo, estoy muriendo por dentro pero el chisme hace que se me olvide todos mis problemas. Esto solo demuestra lo inmadura que soy y lo poco apta que estoy para la maternidad. Miro a Rebecca por el rabillo del ojo, está seria. Pongo en marcha el auto y salimos de los terrenos del hospital. Sé que Rebecca no hablará hasta estar lista, pero creo que al igual que yo, ella necesita decírselo a alguien…

- Becca… - la miro, estamos en una luz roja – Somos amigas desde el preescolar… - suelta un suspiro y asiente – Sabes que si te pasa algo me lo puedes decir, siempre nos hemos caracterizado por confiar la una en la otra…

- Lo sé… - mira hacia abajo – Y lamento no poder decírtelo es que…

- No me digas que es lo mismo que me…

- ¡No! – Becca abre al máximo los ojos – No para nada, que horror…

- Gracias eh…

Río con sarcasmo.

- Lo lamento… - ríe – Ah… - bufa – Te lo diré porque… bueno todo lo que ya dijiste

- Pero igual que yo, no quieres que los demás se enteren

- La verdad no creo que me lo vayan a creer, sobre todo Lucy

Vuelve a reír, piso el acelerador, la curiosidad me invade.

- Prosigue…

- Bueno… pasó en la fiesta – Becca mira a un lado – Yo… - veo por el rabillo del ojo como muerde su labio – Me acosté con Charles

- ¡¿Qué?!

Grito, frenando abruptamente.

- ¡Mierda Susy!

Se queja Becca, acomodándose en su asiento.

- ¡Repite lo que dijiste!

- Sabes bien lo que dije… - se cruza de brazos, yo me estaciono en un McDonald's – Cuando Jordan se nos acercó para evitar que la abuela lo desherede por haber permitido que me ahogue en alcohol y que le vomitara encima a Chris, Jordan me llevó a una de las habitaciones de huéspedes y me encerró en el baño – bufo, es típico de Jordan tratar a Becca como si fuera un bulto indeseado con el qué cargar – Me mojé el rostro y terminé de vomitar, entonces salí con la intención de tirarme en la cama a morir en paz pero me encontré con nada más ni nada menos que con Charles, el maldito infeliz se había quedado ahí a “Cuidarme” a pedido de Jordan

- Que considerado tu primo

Suelto con sarcasmo.

- Debe de llevarse el premio al “Primo del Año”

- No, perdería por puto y pendejo

Regreso al camino.

- Lo más probable

- ¿Y qué pasó después?

Becca suspira y se relame los labios.

- Pues… lo miré con confusión y me dejé caer hacia adelante, él me sostuvo y yo solo miré su rostro… - entrecierra los ojos y se lleva ambas manos al rostro, está avergonzada – Le dije que se veía sexy y que quería besarlo

- ¿Qué…?

- Lo sé… - niega con la cabeza, quitando sus manos y descubriendo su rostro sonrojado – Susy… no me dejes beber de nuevo

- Hecho…

Le señalo mi vientre.

- Él me intentó apartar, pero… ¡Dios! ¡Tener a un chico como él tan cerca por primera vez me puso a mil! Es decir… no era cualquier chico ¡Era el malditamente sexy Charles Parker! – mira hacia el techo y gruñe – Le empecé a abrir la camisa y él me seguía pidiendo que me detenga ¡Pero yo no le hice un jodido caso! Así que lo empujé a la cama y me senté encima besándolo y quitándole la camisa, me puse caliente y supongo que él también porque dejó de resistirse – vuelve a cubrirse el rostro – Y le dije que quería dejar de ser un ratón de biblioteca para convertirme en su perra fiel…

- ¡Rebecca Becker! – la miro sorprendida - ¿Cómo recuerdas todo eso?

- ¿Tú recuerdas haberte acostado con Jared?

Me mira con una ceja alzada.

- Pues…

- Exactamente…

- El alcohol nos hizo hacer estupideces…

Me detengo en su casa.

- Definitivamente – abre la puerta, no sale – Después de esa noche… - respira hondo – Volví a tener sexo con él en otras ocasiones más

- ¿Qué?

La miro sin poder creerlo.

- Quería… experimentar

- ¡Becca!

- ¡No me culpes! – me mira – Soy una persona, tengo necesidades… - baja la mirada – El problema está en que…

- ¿Por eso es que últimamente es muy amable con nosotras?

- Lo dudo… - Becca baja la mirada – Él solo aparece cuando se le antoja follar… por eso lo dejé… - abraza su mochila – No me gusta la sensación de ser tratado como objeto…