¿Accidente?

1791 Words
Jenefer... Estoy en mi oficina revisando algunos documentos de un nuevo proyecto que nos acaba de llegar y el cual estamos pensando si aceptarlo o no, porque no es a lo que generalmente nos dedicamos. Ya han pasado cinco años desde que Christian y yo fundamos el consorcio Kepler, tal y como lo dijo Christian aquella noche, entre los dos hemos hecho que el negocio crezca muy rápido, además de que ganamos muchísimo reconocimiento. Comenzamos con una constructora, pero de a poco fuimos integrando otro tipo de negocios que nos han hecho crecer mucho más de lo que pensaba. Ahora los dos estamos frente a la empresa, pero el rostro visible de esta es Christian ya que yo no quise sobresalir mucho así que acordamos compartir la presidencia de la empresa pero que todo el mundo creyera que solo era el dueño de la misma. Así que para todos los demás yo soy su asistente personal. -          Hola Jen – me saluda Christian entrando a mi oficina igual de grande que la suya. -          Hola -          ¿leíste la propuesta Sinclair? – pregunta sentándose frente a mi -          Eso estaba haciendo, aunque me sigue sin convencer – digo mirándolo -          Que te parece si agendamos una reunión con su CEO y lo hablamos – me propone, pero me sigue sin gustar la propuesta. -          ¿Por qué nosotros si no es nuestra especialidad? – pregunto y él se encoje de hombros. -          Podemos intentarlo, una obra en la ciudad podría ser un nuevo comienzo y más si la hacemos para Kilian Sinclair -  trata de convencerme -          Agenda la cita para mañana, pero si no me convence dejaremos el proyecto – digo y él asiente - ¿Cómo vas con Emma? -          Bien, aunque por estos días ha estado hablando mucho sobre matrimonio – me cuenta y nos vemos a los ojos un instante – pero nada que no controlar. -          Es bueno saberlo – respondo y los dos reímos. Seguimos hablando por un rato más hasta que llega April su asistente para avisarnos que llego nuestra cita de las cuatro. Durante este tiempo vamos a todas las reuniones juntos, él no me esconde nada, ni yo a él. Las decisiones las tomamos juntos y cuando uno de los dos no está muy seguro y el otro si, buscamos otras formas para aceptar o descartar la decisión.  Christian y yo somos los socios mayoritarios con la misma cantidad de acciones. 40%, el veinte restantes lo vendimos a cuatro personas, que solo vemos una vez al año, pero que nos sirvieron de mucho cuando los necesitamos y a los que tenemos mucho agradecer. Esa noche al llegar a mi apartamento estoy agotada mentalmente, estoy trabajando en la conformación de un nuevo proyecto para agregar al consorcio, pero es muy difícil. Antes de irme a dormir, me llama Christian para informarme que tenemos la reunión con Kilian Sinclair a primera hora. Así que después de una ducha muy relajante, me visto con mi pijama y me acuesto a dormir. A la mañana siguiente me levanto muy temprano y como cada día, troto en mi caminadora una hora antes de irme a bañar. Al salir de la ducha voy a mi closet, un lujo que me di cuando ganamos nuestros primeros diez millones. Compre un apartamento en el último piso del edificio, lo mande remodelar a mi gusto, pero a lo que más empeño le puse fue al closet. Además, que con el pasar del tiempo lo he ido llenando con prendas de las mejores marcas. Decido ponerme un suéter blanco, pantalón del mismo color y tacones color beige. Me hago unas delicadas hondas en el cabello y me maquillo de forma sencilla, aunque resaltando el color de mis ojos. Una vez lista tomo mi bolso a juego con mis zapatos, mi portafolio donde guardo mi portátil y salgo del apartamento rumbo al estacionamiento. Antes de salir del ascensor llamo a mi asistente Adán. -          Buenos días señorita Brown – responde -          Hola Adán, ¿ya está todo listo para la reunión? – pregunto saliendo del ascensor caminado hacia mi auto. Un hermoso Audi R8 n***o, regalo de cumpleaños de Christian. -          Si señorita, hace rato April y yo llegamos para que todo esté listo – responde y yo sonrío. -          Podrías hacerme el favor de pedirme a Starbucks un expreso muy cargado y un late de vainilla, - pido para mí – y para Christian un americano, con un toque de canela. -          Por supuesto señorita – responde él - ¿algo de comer? -          No, así está bien – respondo subiéndome al auto – nos vemos en unos veinte minutos, envíame un mensaje cuando llegue Christian. – sin más cuelgo y pongo en marcha el auto rumbo al edificio donde tenemos nuestra empresa. Al llegar estaciono el auto en mi lugar, tomo mis cosas y salgo de él, en ese momento me llega un mensaje de Adán avisándome que Christian acaba de llegar. Cuando estoy por subir al ascensor un exquisito aroma, el cual hace que la piel se me erice, unos segundos después entran dos hombres al ascensor, pero uno de ellos me deja sin aliento. Es realmente atractivo, sus imponentes ojos cafés conectan un segundo con los míos, veo que frunce el ceño y vuelve a su llamada, la cual ni había notado.  Es realmente atractivo, sus imponentes ojos cafés conectan un segundo con los míos, veo que frunce el ceño y vuelve a su llamada, la cual ni había notado -          No sé, no me importa – dice y parece molesto – quiero que esta empresa se haga cargo del proyecto – dice y deduzco de quien se trata. Kilian Sinclair – sé que hay empresas mejores, sobretodo especializadas en el área urbana, pero quiero que ellos se hagan cargo de la nueva sede, dicen que su ingeniera y arquitecta es un genio, aunque nadie la conozca – dice y yo sonrío ya se está refiriendo a mí. – solo quiero ponerlos a prueba, no creo que sean capaces de estar frente a un proyecto como el que quiero plantearles. -          Maldito engreído – susurro, el otro hombre se vuelve a verme, pero lo ignoro tomando mi teléfono para enviarle un mensaje a Christian de que ese imbécil está aquí. Cuando el ascensor llega veo que Adán me espera con mis cafés en la mano y por un segundo los observo tratando de decidir cuál voy a sacrificar, así que tomo el latte mientras caminamos hasta mi oficina. Consciente de que él viene tras de mí, me doy la vuelta rápida y bruscamente tropezando con él y regando todo mi latte sobre su pulcro traje. -          Ahí, disculpe – digo fingiendo inocencia mientras él me atraviesa con la mirada. -          ¿Pero que ha hecho? – pregunta mientras el otro hombre trata de limpiarlo con un pañuelo, por lo que deduzco es su asistente. -          Señor fue un accidente – digo parada frente a él tratando de no reírme. -          Si como no – dice sarcástico retándome con la mirada y yo enarco una ceja de la misma forma. – avísele al señor Kepler que tengo una cita con él. -          Por supuesto – digo sarcástica - ¿y usted es? -          No creo que le incumba – responde bruscamente – vengo a una reunión con el dueño, no con los empleados. – endurezco la mirada, pero me relajo. En ese momento sale Christian y al ver lo que sucede corre hasta nosotros. -          ¿pero qué ha pasado? – pregunta observándome y yo solo me encojo de hombros. -          Su empleada es una tonta – dice furioso y yo abro los ojos como platos al escucharlo – acaba de arruinarme un traje de veinte mil dólares. -          Jenefer, acompaña al señor Sinclair a la lavandería para que le ayuden con su traje – lo observo entrecerrando los ojos y él se encoje de hombros. -          Traidor – digo solo para que solo el entienda y reprime una sonrisa – venga conmigo señor Sancler. -          Es Sinclair – dice molesto y yo trato de no reírme. – Max, quédate y ve arreglando todo lo de la reunión para comenzar apenas volvamos. Caminamos de nuevo hasta el ascensor y bajamos en este hasta un piso que se encuentra entre el primero y el estacionamiento, donde hay un pequeño apartamento que usamos solo Christian y yo cuando tenemos mucho trabajo como para volver a casa. Una vez allí Deisy la señora que se encarga de mantenerlo en orden nos recibe. -          Buen día señorita – me saluda con una hermosa sonrisa como siempre – buenos días señor. -          Venimos a que nos ayudes con esto – digo señalándolo – se tropezó se hecho el café encima. – lo escucho gruñir y sonrío.  Por suerte solo es la camisa la que se manchó. -          Puede darme la camisa yo se la lavo muy rápido – le dice Deisy, en ese momento suena el teléfono del apartamento y voy a contestar mientras se quita el saco. -          Dime – hablo en ruso para que Kilian no entienda. -          ¿Qué demonios paso? – pregunta normal y parece molesto. -          Solo que es un imbécil – respondo volviéndome a verlo justo en el momento que se quita la camisa. "madre santa" pienso al verlo con la parte superior de su cuerpo desnudo. Debería ser un pecado tener ese cuerpo. -          Jenefer, que no quieras aceptar el proyecto no te da derecho a portarte de esta forma – me regaña y sé que tiene razón. -          Fue un accidente – miento y él ríe sínico -          Si como no – responde – te quedaras con él hasta que su ropa esté lista. -          Christian – hablo amenazante, pero él ya me ha colgado. Odio cuando hace eso, pero sé que tiene razón. -          ¿Se acuesta usted con su jefe? – pregunta de repente y yo me vuelvo a verlo como si estuviera loco. -          ¿perdón? -          Como escucho, ¿se acuesta usted con su jefe? – pregunta de nuevo acercándose a mí y yo retrocedo al sentir su aroma. -          No creo que sea de su incumbencia – respondo quedando atrapada entre la barra del desayuno y él – pero se lo voy a responder por que no quiero malos entendidos. – digo mientras siento como mi pulso se acelera al ver la forma en que me observa. – no, el señor Kepler es un jefe excepcional y muy respetuoso. -          No le creo – dice alejándose de mi al escuchar su celular sonar, lo cual agradezco ya que respiro. Mierda, pienso mientras veo su espalda ancha y fuerte. Debo salir de aquí.
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