Eren regresó al interior del castillo sin mencionar palabra, todos aquellos que pensaron que podían rebelarse de alguna manera, se dieron cuenta que el emperador, seguía siendo tan implacable como siempre, algunos soldados rasos recogieron el cadáver del atrio del castillo y las criadas corrieron a limpiarlo todo, Eren le devolvió a Nill la espada ensangrentada y este se la recibió al instante. En el trayecto era acompañado por Nill y William, quienes caminaban junto a él y su silencio era la respuesta ante el desborde que había en sus sentimientos, detestaba cuando era preso de la ira. William tenía apretado el maxilar, por un momento pensó en detener a Eren en el momento en que tenía esa discusión con el alfa, su instinto le había reclamado protegerlo, al final era un omega. Por su la

