Me siento en la cama luego de no haber dormido casi nada en toda la noche. Froto mis ojos y hundo mis manos en mi cabello. Enredo los dedos con los mechones de pelo y tiro un poco mientras me permito ser dramática por un momento. ¿Estoy volviéndome loca acaso? No es momento de andar como adolescente calenturienta. Tengo un trabajo que hacer. Si debo dormir con él, lo haré. Y no voy a obsesionarme con Massimo Parissi. Aunque, siendo sincera, siento que es un poco tarde para eso. Estiro mis piernas, me calzo las pantuflas y mi día comienza. Luego de lavarme los dientes y tomar casi medio litro de agua, Hago un poco de ejercicio; entreno combate cuerpo a cuerpo y regreso a bañarme. Ahora, dos horas después de haber despertado, bajo a desayunar. La mesa está servida con unos hotcakes q

