Capítulo 5: Encuentro Con El Capullø

1159 Words
Ha pasado dos días desde que Sinclair se ofreció para ayudarme en mi apuesta y de paso proponerme algo como única condición, dos días desde que le dije a mi mejor amiga que lo aceptaría, pero aquí estoy sin querer darme cuenta de que él es mi única opción y sin querer tirarme a la boca del lobo. Sé que ese hombre no cumplirá lo que yo le pida, no es hombre de una sola mujer. ―Oh, miren mis amores, su tía la santa― se mofa mi hermana al verme entrar al comedor ―saluden― mis niños sonríen con inocencia y sus ojitos brillantes. ―Buenos días, tita― saluda camilo a la par que su hermano. ―Buenos días, cielitos― beso la cabeza de mis sobrinos quienes se bajan y salen del comedor para ir con su niñera quien los llamó. ―Te voy a pedir que no me digas así frente a ellos, zorra resbaladiza y próxima solterona― mi hermana endurece el gesto. ―Por lo menos yo no soy una virgen tonta que cree morirá junto al hombre que le quitará la virginidad― la miro furiosa ―no, no me mires así linda, puedo molestarte siempre que quiera― ríe burlona. ―Pues no puedes, ya estoy cumpliendo la apuesta― ella queda seria y ahora soy yo quien sonríe ―así es hermanita, te voy a callar la boca y tendrás que respetarme por el resto de tu vida. Ve despidiéndote de tu casita en la playa― le guiño y me giro para iniciar a comer mi desayuno. ―¿De qué nos hemos perdido?― pregunta mi madre ―¿De qué apuesta están hablando ahora?― la miro y ella a nosotras, siempre nos metemos en problemas por nuestras diferencias. Mi hermana y yo no aprendemos. ―De nada― miro mi plato. ―Quiero saber de qué hablan― nos exige nuestro padre. ―De nada papá, son esas apuestas totas que siempre hacemos, no hay de qué preocuparse― mi hermana le sonríe como el ángel que no es ―mejor hablemos de la inauguración del nuevo Club, será una pasada, ya quiero ir― descompongo el gesto, odio asistir a esas fiestas. ―Yo no quiero ir― les informo ―me iré con Francia― muerdo mi labio. ―Por supuesto que no jovencita, debemos ir con nuestras dos hijas, con las herederas de los Clubes más conocidos en todo Norte América. No quiero protestas― sentencia mi madre. Furiosa porque siempre me arrastren a ese lugar que detesto siempre que celebran algo me levanto de la mesa. ―Con permiso― empujo a mi hermana al pasar por su lado, me dirijo a mi habitación, ni siquiera sé si Sinclair aún está dispuesto a ayudarme en esta locura. Escucho la puerta abrirse, giro y ahí está mi hermana mirándome con el ceño fruncido, por mi parte yo alzo las cejas ―¿Se te perdió algo, hermanita? ¿O es que estás temerosa por saber que ganaré esta apuesta y el mundo se dará cuenta de que estar en esta familia no significa seguir los mismos pasos?― sonrío triunfadora. ―¿Quién es ese que está dispuesto a vivir contigo sin tocarte?― me cruzo de brazos, no pienso responder a eso ―Zuleika, deja lo de esa apuesta por favor, no quiero que sufras por algo tan absurdo.Prometo no molestarte más, pero por favor hermana― si algo malo tengo yo es que soy muy orgullosa y si algo malo tiene mi hermana es que jamás deja de molestar cuando algo le da placer ―solo déjalo estar Zuly, nadie soportará 10 meses sin sexo, te van a engañar y créeme que eso es muy doloroso. No quiero que quedes con un hijo por ahí, ¡Por el amor de Dios! No creí que además de virgen fueras tonta― sus palabras me cabrean. ―Por lo menos soy tonta, pero sigo virgen, ¿y tú qué? Tienes dos hijos y un marido que no te sirve para nada― mi hermana me mira con dolor, no debí decir eso. ―Y justo esto es lo que no quiero para ti― me mira por unos minutos, pero no estoy dispuesta a ceder, esto va más allá de una simple apuesta con mi hermana. Buscar a un hombre y casarme con él después, demostrar que no seguiré los pasos de mis padres y que las personas vean que no soy como ellos, que no me gusta ver a las personas follar, ni follo yo con mis clientes como ellos lo hacen, eso quiero demostrar yo ―ok, está bien, sigamos en la apuesta, después de todo me divierto siempre que pierdes― sonríe mi hermana al ver que no daré mi brazo a torcer ―solo dime quien es el que accedió a tal locura― pienso en si decírselo o no y opto por lo segundo. ―No comas ansías hermana, pronto lo vas a conocer, quizá esta misma noche le invite a la inauguración del Club― le guiño ―ahora sal de mi habitación, quiero bañarme para salir con mis sobrinos tal y como se los he prometido― mi hermana resopla y sale de mi habitación. ―Estás loca― grita cuando está bastante lejos, riendo me dirijo a la ducha. Una vez lista y aguantar un tercer grado de parte de mi madre finalmente salgo con mis sobrinos, por supuesto llamé a mi mejor amiga para que nos esperara en el parque. Mis niños van felices, les encanta salir conmigo, eso significa diversión y chuches, a mí me encantan los chuches, ¡Los adoro! Una vez en el Beverly Garden Park sonrío al verlo todo, me encanta este lugar, Beverly Hills lo tiene todo con su estilo y sitios como este. Mi móvil suena, al sacarlo sonrío, es Francia. ―¿Dónde estás? He llegado hace 5 minutos, eres una impuntual― me gruñe, esa es mi amiga, exagerada, y obsesionada con la puntualidad, realmente no sé cómo no somos enemigas, yo soy un poco más relajada que ella. ―Ya estoy en la entrada, no te me pongas loca. ¡Niños!― chillo cuando salen corriendo ―dirígete a la entrada, los niños se han ido corriendo― cuelgo la llamada e inicio a correr con la mirada fija en los niños que corren como liebres, ¡Son rápidos! Antes de poder llamarlos nuevamente estoy enseñando las plantas de mis deportivas, caigo al piso de culo, he chocado con algo realmente fuerte. ―¡Por una mierda!― escucho que carcajean, levanto la mirada inmediatamente aún en el piso, Sinclair está riéndose a carcajadas mientras me mira, no es para más, el cabello me ha quedado en la cara, se me ha salido una deportiva, y estoy como en una escena de crimen.
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