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Al ver mi reacción se detuvo.
—Perdona, no me presente como es debido, me llamo Franco Strauss, soy socio de este proyecto en el cual estamos buscando modelos para nuestra revista en Varsovia y tú eres perfecta para ser una de ellas, quiero que conozcas al personal, no te asustes.
Al decirme eso mis ojos avellanas brillaron, aunado a eso quede pensando en donde había escuchado el nombre de Varsovia, de repente lo recordé.
“Por supuesto, mis padres son de allá y juraron nunca volver, pero son ellos quienes hicieron ese tonto juramento —me dije”
El hombre llamado Franco tenía razón, habiendo entrado a la zona exclusiva había mucho personal y también varias escogidas, estaban tomando sus tallas y demás requisitos. Estando allí me llevo ante el resto de los socios.
—¡Escuchen por favor! Ella es menor de edad, es más papeleo, pero será perfecta con el proyecto que queremos realizar. Miren esa piel que posee, sus ojos, el cabello tan acorde con su aspecto.
Al verme con atención se impresionaron y preguntaron al hombre llamado Franco de donde me había traído. El solo les respondió que llegue por los anuncios que estaban en la ciudad.
En medio de eso otro hombre de fina vestidura al que también había impresionado se acercó hasta donde estaba.
—Señorita, ¿cree que sus padres acepten que trabaje con nosotros en Varsovia? Tiene mucho talento, hablando físicamente, las que hemos pasado no nos han cautivo ni nos han impresionado como usted.
Ante sus palabras lo mire con detenimiento. Sabía que era atractiva, pero no de esa forma tan exagerada como lo hacían ver.
—Por supuesto—respondí, afirmándole segura de mí—. Pero ¿Cómo será el contrato?
—Señorita, eso debemos hablarlo con sus padres debido a que es menor de edad, no le corresponde esa información, por ello tráigalos y cerraremos el contrato, ya a simple vista sabemos que tendrá mucho éxito, se lo que digo, conozco esta industria, ¿Cree que puedan venir mañana a las nueve de la mañana?
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