Querido jefe

4

Para ese momento en el que atravesaba diversas situaciones, en tiendas, incluso en las escuelas veía publicidad para ser modelo, pudiendo trabajar de ello dentro y fuera del país.

Teniendo conocimiento de eso estaba ansiosa por experimentar y poder lograr mi sueño anhelado, el modelaje.

Aunque siempre me atormentaba mi estatura sabía que podía ser modelo de revista u otras cosas, sin embargo, guardaba la ilusión de poder estar en una pasarela. Quería poder salir y que la gente supiera quien era.

Un día cualquiera me atreví a acudir a las direcciones que especificaban en los bocetos, al llegar estaba asombrada por la cantidad de chicas que había en el lugar. Siendo un poco baja de estatura delante de ellas mi atractivo nuevamente destacaba. De tal forma que un hombre de allí lo noto, escuchando lo que vociferaba en un acento extraño.

—Ella es la indicada, es algo baja, pero nos servirá para el proyecto que manejaremos— exclamaba y hacia señas con la mano a otro hombre para que me viera, luego se aproximó y toco mi brazo.

—¡Hey chiquilla! ¿cuántos años tienes? —ante su pregunta le vi extraño

—Tengo quince años, señor ¿porque la pregunta? —siempre he sido de preguntar por todo aunque no me respondan y en esa ocasión no fue la excepción.

El hombre en cuestión portaba un traje azul muy fino, ante esa impresión que me daba su vestimenta, continuaba insistente en preguntar lo mismo.

—Tengo quince años ¿no me entendió? —el hace un gesto de entendimiento en un acento como si fuese polaco, idioma que conocía ya que escuchaba cuando mis padres lo hablaban, de esa manera me indicaba que ahora si me entendía, al igual que también se sonreía

—Eres perfecta, ven conmigo— al ver su actitud me detuve ya que me estaba encaminando para que lo siguiera

—¿A dónde me lleva? ¿Qué quiere de mí? vengo por el anuncio para ser modelo—insistía en darle el motivo de porque estaba allí, dado que temía que fuese a tener malas ideas conmigo.