—Melania, no digas eso, eres muy fuerte, vamos ve con él.
—Clara tiene razón, vamos te acompañare. Clara aguarda mientras volvemos.
Mi amiga asentía para ubicarse en el sofá luciendo también un poco exhausta.
Mi madre para darme la seguridad que necesitaba me tomo de la mano, tal cual como cuando era niña. Subimos las escaleras y me condujo a la habitación donde se encontraba mi padre. Seguido de eso abrió la puerta.
—Stuart, cariño, ¿estas despierto? tienes visita.
—No quiero visitas, Bernarda, quien sea que se marche—por el tono de voz se apreciaba molesto, era irreconocible como había cambiado su forma de ser. Por ello dejándome llevar por mis impulsos decidí entrar en contra de su voluntad.
—Padre ¿ni siquiera a mí me recibirás? soy tu hija… Melania, vine a estar contigo—
