Al bajar, mi madre estaba precisamente con Franco, quien se encontraba tomándose un café. Ella al vernos se alegro tanto que su rostro deslumbraba felicidad, y el de mi amigo igual - Padre, él es Franco, el amigo de quien te hable- mi padre lo miro y le extendió la mano - Un gusto, soy Stuart Simond - El honor es mío, soy franco Strauss- menciono al estrechar la mano de mi padre - Déjeme decirle señor Stuart que tiene una gran hija, aparte de bella y talentosa- ante tal comentario mi padre sonrió - Así es, realmente ella es tan hermosa e inteligente como su madre. Espero no le haya dado trabajo mi hija señor Strauss - No me llame tan formal, solo dígame Franco, me suena mejor y para nada su hija fue excelente, muy trabajadora - Ya