a la mañana siguiente Amelia fue la primera en despertarse apenas estaba saliendo el sol.
se bajó de la cama y entro al baño después de ducharse corrió hacia la cocina.
era la que cocinaba para todos, no le molestaba ya que le gustaba cocinar.
ella puso sus brazos en su cintura
— y quién me subió la sal hasta haya.
el estante era bastante alto, así que solo pudo ir y llamar a Debora.
corrió por el pasillo y abrió la puerta.
— maestra disculpe que te despierte tan temprano.
ella camino hasta la cama, y la movió un poco, el brazo sin fuerza de la anciana salió de la cama asustando un poco a Amelia.
— maestra...
el corazón de Amelia latió rápido, ella se acercó
— maestra no me asusté maestra
ella se subió a la cama y acercó su mano en la nariz, pronto su rostro estuvo pálido, sintió su pecho comprimido.
— WUUUUUUAAAAA
su llanto recorrió todo el orfanato, los que estaban más cerca llegaron a la habitación más rápido.
— Amelia... Amelia que sucede.
ella los miro sus ojos llenos de lágrimas.
— la maestra, la maestra... ya no respira
varios niños cayeron al suelo mientras empezaban a llorar, cuando los demás llegaron, también lloraron, Debora fue su única Liz cuando perdieron a sus padres, fue amable y les enseño muchas cosas.
pero ahora esa amable mujer había dejado de respirar.
el llanto de los niños no ceso, cuando Rogelio llegó frunció el seño, miro a los niños que rodeaban la cama mientras lloraban, Iván miro a la anciana.
— no le quedaba mucho tiempo de todas formas.
rápido Rogelio miro a la mujer..
— por como se ve murió en la noche
miro a Amelia y luego su reloj
— Amelia deja de llorar, tengo cosas que hacer, ven y firma.
ella no le prestó atención, desde el abandono de sus padres hasta ahora, todo fue un completo caos, y ahora la abandona ella.
el miro a Iván.
— encárgate de todo.
— no es necesario- interrumpió ella, sus ojos se encontraron con los de Rogelio,
— la maestra hasta el final había pagado por si algo de esto sucedía
ella se puso de pie y salió de la habitación, su maestra le confío eso unos días antes, le dijo que solo tenia que llamar a la funeraria.
Amelia tomo el teléfono que había en la sala, después de hablar un rato colgó.
ella iba a regresar a la habitación pero mirona Rogelio que estaba en el marco de la puerta.
— por qué una niña se encarga de otros niños, no deberías de ser más censible.
ella puso su cabello detrás de su oreja.
— lo han abandonado antes
— si.
— y amaba a esa persona.
— no
ella asíntio.
— pues yo si, aprendes a soportar el dolor con el tiempo.
ella lo paso pero el tomo su mano.
— me tengo que ir, no me importa que estés sufriendo niña, se agita mi paciencia, o firmas o demolere todo este lugar.
Amelia recordó eso y bajo su cabeza, sus manos gorditas se apretaron.
— señor usted no tiene corazón
el la miro fríamente.
— entonces como estoy viví.
ella señaló su pecho y le respondío.
— su corazón debe estar agonizando, tratando de salvar lo último que le queda por qué lo demás está podrido.
Ivan que se hacia el invisible empezó a reír, por eso acompaño a su amigo aunque el no quería traerlo, esa niña era muy buena enojando a su amigo, un bloque de hielo que explota por como lo trata esa niña.
ella lo miro.
— y usted de que se ríe, usted también va por ese camino, cree que no he visto lo incensible que es.
el se callo
— buenos no podemos ser todos perfectos.
ella dñlo miro molesto y extendió su mano hacia Rogelio.
— deme firmaré
los tres entraron de nuevo en la sala el le mostró los papeles.
— no me está engañando aquí poniendo trabas pequeñas
su maestra le había dicho ayer sobre los huecos en un contrato.
el levanto una ceja
— no, solo firma.
ella tomo el lapicero y firmo, no era una mujer super dotada se supone que su maestra la ayudaría a leer todo pero ya no estaba las cosas escritas eran muy complicadas de entender para Amelia una niña de 12 años, así que solo firmó.
el le entrego otro documento y después de firmarlo le dejo las escrituras del terreno.
— ahora eres dueña de este lugar, felicidades, ahora me escuchas bien, enviaré profesores profesionales te van a entrenar y te capacitarán, te mooverss la mujer perfecta y esto de lágrimas no las quiero volver a ver, en mi familia no hay débiles.
ella sonríe
— no voy a cambiar por qué usted lo diga
ella se señaló y dijo.
— esto compro lo acepta o no.
ambos se quedaron mirando, Iván miro a los de la funeraria que llegaron.
— está bien, todo quedó así tu Amelia seguirás siendo tu, vamos.
le dijo a Rogelio el tomo los papeles y salió Amelia atendió a los de la funeraria, ya la conocían era la niña que siempre estaba junto a la difunta.
toda la semana de hizo todo el proceso, era ls tarde de un sábado cuando el autobús trajo a los niños del cementerio, la señora Debora no tenía parientes, así que solo ellos asistieron
Amelia preparo la cena, en la mesa todos estaban muy callados, aún se podían escuchar algunos sollozos
— y ahora que hacemos, nos van a sacar de aquí
dijo Rodrigo mientras llevaba un pedazo de pan a su boca
Amelia se acercó bligo a ser la más fuerte y dijo con lágrimas llenando sus ojos.
— no se preocupen todo estará bien, nadie nos sacará de aquí.
Amelia no sabía que las cosas eran más complicadas de lo que creían, el gobierno no dejaría s los niños en paz solos sin un tutor.
pero por suerte Iván se encargo de todo.
el abogado miro a Iván y pregunto.
— así que, estos niños quedaron bajo el cuidado del señor Mancini.
— así es.
— y el testamento de la anciana debe cumplirse o perderé mi trabajo.
Ivan sonríe.
— vera la niña a la que le quedó todo es la nuera de el, me entiende.