Amelia miro a Debora sorprendida
— ¿por qué? ¿no es este lugar suyo?
Debora negó, sus arrugas eran bastantes y se notaba cansada, su cabello era completamente blanco.
— Amelia cuando llegaste aquí, tu ingreso fue lo que le dió un tiempo más a este lugar, pero ahora el dinero se acabó y el terreno cayó en manos de alguien más, y esa persona nos dió una semana para salir de aquí.
Amelia mordió sus uñas, mostrando su ansiedad.
— entonces que hacemos,
sus ojos cafés llenos de tristeza y preocupación, que sería de sus amigos.
— no podemos hacer nada COFF
Amelia miro con preocupación a Debora y dijo.
— ¡ya se! hablaré con el señor le diré que trabajaré y compraré el terreno.
Debora empezó a reír pero rápidamente se detuvo ya que empezó a toser.
— solo coff ve a descansar coff.
Amelia Asintió y salió de la oficina pero sus ojos estaban llenos de determinación.
los días siguieron pasando, Rodrigo miro a Amelia que hace ya algunos días solo escribia.
— oye Amelia, que estás haciendo, te ayudaré.
dijo mientras arrebataba las hojas de sus manos.
Rodrigo era un chico rubio de ojos cafés, un poco delgado pero un buen amigo.
Amelia salto del taburete que estaba en el jardín Debora los había puesto ahí para que ellos se sentarán.
— rodrigo dámelo es muy importante.
Rodrigo salió corriendo pero tropezó con una piedra y todas las hojas salieron volando, los niños al ver esto empezaron a jugar con ellas.
Amelia miro las hojas y luego a sus compañeros y respiro tratando de calmarse.
— son más pequeños que tu, se paciente Amelia.
se dijo hasta que su irá se calmó, el hombre que iba entrando tomo una de las hojas y leyó su contenido.
" señor... nombre ( desconocido) se que está tierra es suya, pero nosotros vivimos aquí, así que tengo algunas propuestas que se que le gustaran.
primero: trabajaré para usted y no tendrá que pagarme"
hasta ahí había quedado la primera página.
el miro a la niña que trataba de calmarse y sonríe, Debora salí a recibir al hombre.
el arrugó la hoja y camino hacia la anciana.
detrás de el venía un hombre de la misma estatura cabello castaño y ojos cafés.
miro a los niños y se acercó.
— oye rojelio este lugar es muy bonito enserio lo vas a demoler.
— si
respondió el sin tacto no le importa lo demás solo quería generar dinero.
— pero mira es una lastima los niños.
Amelia escucho su conversación y abrió sus ojos, corrió hacia el hombre y se interpuso entre el y Debora.
— amelia que estas haciendo coff.
ella se giró y miro a la anciana que venía muy bien abrigada.
— no se preocupe maestra yo me encargo.
ella giró de nuevo hacia Rogelio y trato de recordar lo que había escrito pero no lo logro.
— señor yo.
Rogelio la miro sabía que pronto saldría llorando.
Amelia soporto el miedo y las ganas de llorar.
— yo... yo tengo un trato
Ivan miro a la niña era todo una preciosura, tenía un carácter encantador, así que le dijo.
— ¿tú? que trato puedes tener.
ella miro a Iván calmadamente.
— señor es de mala educación meterse dónde no lo llaman, como adulto debe acatar las órdenes de la sociedad.
Ivan miro a Rogelio y aunque no lo mostraba en su rostro,sus ojos estaban llenos de burla.
— por qué los niños llaman chismosos a los adultos
ella levantó los hombros.
— yo no le dije fue usted.
el empezó a reír su delicado rostro se llenó de alegría está niña, si no tuviera a ese mocoso en casa la adoptaría.
— señor desconocido acepta.
— esta bien
Rodrigo se acercó.
— Amelia adónde vas.
pregunto rodrigo, ella lo miro y señaló.
— me debes una golpiza.
luego camino hacia la entrada, los dos la siguieron y luego la débil Debora.
todos entraron en la oficina de Debora y tomaron asiento, Amelia sirvió adecuadamente refrescos para los hombres.
Ivan la miro sorprendida
— vaya tus modales son de primera.
ella asíntio.
— gracias
no habían muchos libros para niños, así que Debora traía los que la gente no quería, a ella le gustaba leer así que con un libro de etiqueta aprendió, sería algo muy difícil para un niño aprenderlo solo pero Amelia era movida por una motivación, quería que su madre viera lo buena que era y se arrepintiera de abandonarla.
ella se sentó y señaló las tasas.
— adelante los hice yo personalmente, en la clase de cocina que nos enseñaba la maestra Debora
los dos se miraron y tomaron, de hecho sabía bastante bien.
rojelio dejo la taza y la miró.
— habla que planes tienes no tengo mucho tiempo.
ella asíntio de hecho estaba muy nerviosa pero no abandonaría el orfanato.
— primero que todo, usted es un hombre rico se nota, y se que no es tan urgente el que gane dinero.
Ivan se quedó mirando a la niña, si se enseñaba bien podría llegar hacer una ficha bastante buena.
el se recostó en el sofá y cerró los ojos mientras la escuchaba, Rogelio simplemente la estaba mirando.
— te equivocas en algo, si necesito el dinero.
— pero ¿es usted rico? o está en quiebra.
ella se obligó a no tartamudear sabía que perdería si lo hacía.
— no estoy en quiebra.
— muy bien, entonces este es mi plan, los niños vamos a trabajar y compraremos el terreno,
— no quiero esperar hasta que unos 30 niños crescan para obtener mi dinero.
— lo haremos pequeños.
— a mí me pondrán en prisión por trabajo infantil.
ella lo miro enojado
— no le diré si a nadie.
— no confío en unos niños
al verla perdida suspiro pensó que sería algo interesante pero perdió su tiempo
— ya que no hay nada más.
el se puso de pie e Iván lo siguió.
— pronto llegarán a llevarse a los niños
dijo mientras caminaba hacia la puerta, Amelia se tenso no se le ocurría nada.
se levantó del sofá y señaló a la espalda de Rogelio.
— espere... me casare con usted y dejara el orfanato en paz