Capítulo introductorio.

586 Words
-Señorita Luchestember-llama mi atención una de las tres secretarías luego de unos minutos de espera. Levanto mi cabeza y sin enfocar mi atención en la rubia del medio me levanto de mi asiento. La sala de espera fuera de la única oficina que hay en el piso es espaciosa, con ventanales del piso al techo, moderna y decorada con lo justo y necesario, todo siempre de lujo y sofisticado en tonos oscuros y neutros. -El Señor Bleer la recibirá ahora-la secretaria rubia o mejor dicho la número dos ya que las tres son rubias platinadas me señala la puerta de la única oficina. Las puertas dobles negras que parecen de madera lacada, aunque pueden ser de metal y súper reforzadas, pero a simple vista no podría darme cuenta. Al entrar por las puertas me encuentro en una habitación enorme, espaciosa y con el techo tan alto que hacen el espacio mucho más amplio. Definitivamente me encanta este tipo de decisiones para una oficina empresarial, dan estilo y comodidad con pequeñas cosas, sin tanto detalle, solo el espacio y el diseño. -Señor Bleer, la Señorita Luchestember-la secretaría número dos que me acompañó a la oficina hace una seña hacia el asiento que está de este lado del escritorio- ¿Puedo servirle una taza de café? -pregunta dirigiendo su atención a mí. -Te, por favor-respondo rápidamente con una sonrisa. -Enseguida ¿Señor? -pregunta ahora dirigiéndose a su jefe. -Café-dice él secamente sin ni siquiera levantar su vista de los papeles que tiene en la mano. La secretaria se retira algo abochornada y me quedo en mi lugar, a pocos pasos del escritorio. -Llega tarde-el Señor Bleer una vez que su secretaria cierra la puerta dirige su mirada hacia mí, esta vez sí levantó la vista para hablar prestando atención a su alrededor. -Lamento la tardanza, tuve un asunto personal que atender y no pude posponerlo-digo en respuesta a su comentario acercándome al escritorio con paso firme. -Tome asiento y comencemos rápidamente que ya estamos atrasados-el Señor Bleer en respuesta me señala la silla que está de mi lado del lugar. Su voz es profunda y altiva, como cualquier voz de un empresario del tamaño y poder de Sebastián Bleer, filántropo, multimillonario y soltero, que chica no moriría por recibir una orden de él. Lástima que yo no soy ese tipo de chicas. Sentándome en modo profesional decido extender uno de mis contratos hacia el otro lado del escritorio. El Señor Bleer toma el contrato y le da una ojeada. -Espero que haya tenido tiempo de leer los papeles que le envié, ese documento es uno de ellos-comentó a modo de explicación por la triste vista que le dio el señor Bleer al documento que le entregue. -Si los leí, no era necesario que lo trajera impreso-respondió él rápidamente dejando de lado el contrato. -Si tiene alguna duda sobre el proyecto podemos discutirlas para hacer las modificaciones lo antes posible-dije para agilizar las cosas, ya que al parecer realmente había leído los documentos o al menos eso me hizo sentir. -Me hablaron de usted, me dijeron que era una perfeccionista desquiciada, pero al ver su proyecto quede fascinado, señorita Luchestember estaré encantado de trabajar con usted-concluyó rápidamente el Señor Bleer sin quitarme los ojos de encima. Aunque debería ofenderme por sus palabras la verdad era que siempre actuaba de la misma manera, controlando hasta el detalle más insignificante del proyecto. -Para mí también será un placer hacer negocios con usted Señor Bleer-dije extendiendo mi mano por sobre el escritorio.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD