Despertó con el corazón acelerado y con los vellos erizados rememorando la forma en como los dedos de la mujer descendían desde su vientre hasta la parte baja de su ombligo. Parpadeó y tragó saliva mientras veía a su alrededor intentando descubrir si había sido un sueño o una realidad. Pasó las manos por su rostro y despeinó su cabello. Solo había sido un sueño, una mala alucinación. Elif estaba durmiendo profundamente en la habitación molesta.
¿Había sido muy cruel? Probablemente.
¿Le molestaba? No, pero si le inquietaba o así quiso llamarlo. Era un hombre que había cometido toda clase de fechorías en su vida, unas más horribles que otras y nunca, ni siquiera por una vez sintió remordimientos, pero ahora, con esos ojos que la mayoría del tiempo tenían un destello de melancolía no podí
