Su cuerpo comenzó a decorarse con pequeñas perlas de sudor que resbalaban por su abdomen y se fundían cerca de su ombligo. Salió de ella. Tenia un vientre delicado y una piel tersa que recorrió con su lengua cuando abandonó sus pechos. Elif respiraba con dificultad y eso pudo sentirlo contra sus labios, cuando sus besos le llevaron a bajar aun más, rompiendo la barrera de su ombligo. Cada agitada respiración se sentía en todo su ser. Los vellos de sus brazos estaban erizados y cuando él subió la mirada para conectar sus ojos, notó que mordía su labio inferior mientras aguardaba como descendía por ella. La mujer llevó sus dos manos a la cabeza y movió un poco de su rebelde cabello que cuando la encontró, mantenía suelto, cerró los ojos y arqueó su espalda regalándole una expectante y muy

