Omer siguió para cortar la tensión y ambos soltaron sus manos.
—No nos habíamos visto, señor Arslan. Escuché que tuvo una linda boda en Estambul. Como siempre es un placer verlo. Espero que podamos conversar en algún momento de esta larga noche. Iré a presentar a Ismail a Aygul. Siempre está inquieta por conocer a gente nueva y quien mejor que mi estimado amigo ¿No lo cree?
Aunque Omer supo fingirlo bien, mencionó aquello porque Ismail no había abandonado los ojos de Elif ni siquiera para parpadear. No lo sabía, pero hombre terminaban sin ojos si veían de forma tan descarada a la mujer de algún m*****o de la Turk y él no estaba delante de cualquiera. La mujer del Guven como del Mudur estaban prohibidas.
—Por supuesto.
—Permiso—logró articular el chico quien fue casi empujado por su
