“Tu para mí, yo para ti, todas las noches.” —¿Vas a cumplir mi capricho? —preguntó contra sus labios. —Cuando te lo ganes Arslan, cuando te lo ganes. Chasqueó la lengua muy cerca de su boca y apartó un mechón de cabello de su rostro que ya estaba un poco tocado por el sudor. Su piel estaba sonrosada y sus ojos más que expectantes. Con solo respirar, le seducía ¿Cuándo había tenido tanta hambre de una mujer antes? Nunca. Elif Aksoy creaba en él una fascinación enfermiza. Podría tenerla en la cama todas las noches y jamás, jamás aburrirse de ella. Nunca tuvo intensiones de dormir todas las noches con alguien, pero al ver sus ojos y su cuerpo desnudos, fue inevitable no pensar en que, si dormía en su cama como un matrimonio normal, podría despertar deseoso y saciarse allí mismo tanto como

