GOLBASI, TURQUIA. El diablo lo creamos nosotros mismos. Elif se apartó de la puerta, acomodó las sabanas y se encaminó de vuelta a la habitación con suma rapidez. Había cosas que no conocía y no tenia idea si en realidad, quería conocerlas o no. Siempre se mantuvo al margen de los negocios de la Turk y únicamente disfrutaba del dinero que su familia tenia para ella. Nunca preguntó quien murió para que ese dinero llegara a sus manos y siendo sincera, era una adolescente a quien, de haberlo sabido, tampoco le habría importado. La Turk, solo se preocupaba por ellos mismos y nada más. Los demás eran herramientas de su mundo, pagadores de deudas, afiliados a su protección o vasallos, vasallos que temían ver el “Olum” de Bodrum de cerca. Ella lo vio en persona y era igual de aterrador como se

