—Elif…tengo que… Terminó en su boca. La vio relamerse los labios con suma delicadeza y después, lo metió otra vez entre ellos para eliminar cual estrago con su lengua. Esa chica sabía exactamente lo que hacía. Estaba aprendiendo a conocer sus debilidades y las usaba en su contra. DI-A-BLOS. —Tamam (Está bien) —exclamó entonces alargando su mano para acariciar su rojiza mejilla con su erección de forma burlona, la cual golpeó contra su piel sin molestarse a ser amable. —Behirham ismini benimle kullanabilirsin. (Puedes usar el nombre de Behirham conmigo.) Elif asintió, afirmó sus labios contra su m*****o y besó la punta, para después sonreír victoriosa. Tenía las mejillas sonrosadas y él estaba sin palabras. (…) Elif escuchaba el suave golpeteó de su corazón. Estaba recostada sobre

