ANKARA, TURQUIA. DOS DIAS DESPUES. Fue suficiente de Bait Al-Fitan. No podían quedarse allí para siempre y aunque la tentadora oferta de un lugar donde los pecados carnales eran lícitos podía excitar a cualquier, la realidad era que en una posición tan peligrosa donde sus residentes eran personas muy buscadas, lo mejor era mantener ese placer a raya y no ponerlo a discusión con la vida. Elif salió de aquellas doradas paredes al día siguiente. Ruzgar aún no había decidido si volver o no y ella no recibió una invitación a quedarse. Pensó que lo mejor seria regresar a Estambul porque sentía un poco de vacío por la ausencia de Aysu a quien ya estaba acostumbrada a ver a diario. Antes de irse, quería ir al Barrio de Hamamonu, un distrito muy popular en Ankara por sus calles al estilo tradi

