—¿Qué estás haciendo? El plato casi cayó de sus manos cuando dio un respingo. Tenia la boca llena de la deliciosa comida y cuando volteó se encontró con los ojos serios de Ruzgar que ojeaba unos papeles, pero dejaron de ser prioridad cuando se encontró con su esposa que estaba próxima a marcharse al jardín o a la habitación. Aun no sabía. Alargó su plato. —¿Quieres? Esta rico. Lezzetli, lezzetli (Delicioso, delicioso) —aseguró deseosa de que probara ese pedazo de cielo. Elif tomó una y se la tendió, estaba a punto de tomarla, cuando ella levantó aun más la mano y hasta que casi rozó sus labios. Ni siquiera se percato de lo que acababa de hacer—. Es como un orgasmo en los labios. Allah…Engordaré. El tomó con su boca y directamente de sus dedos la comida. Mierda. Sabia muy bien. —¿Y

