—Eso no le incumbe.
—Me incumbe porque siento que es un tema interesante—continuó con un gesto de superioridad—. Tuvo meses en esa casa, dormida, todo el mundo lo comentaba. ¿Sabe por qué? Porque sabíamos que esa boda era un fracaso, un intento por salvar algo que siempre debió arder. Que estuviera dormida, la hizo ver débil, pero en cuanto sintió que tenia la soga en el cuello nuevamente, reaccionó y mírenos aquí. Tener que caer en la perversión para mantener a un hombre es…
—Hipócrita…
—¿Qué ha dicho?
Elif se acercó a ella.
—Le diré lo mismo que en su momento le dije a Aygul—pronunció en voz baja porque lo que estaba por decir era escandaloso—. Somos adultos y con una hija debe saber a que me refiero. Yo puedo follar con mi marido mañana, tarde y noche. Pudo ponerme de rodillas si
