Muchos compartieron su pensamiento mientras otros vieron con recelo sus palabras. El Güven asintió. Elif se sintió un poco cohibida. No era agradable escuchar que no eras bienvenida. Tragó saliva y se negó a continuar cuando vio como Ruzgar deseaba acercarse a Kurt. Volteó hacia ella y acarició sus nudillos de forma tranquilizadora. Sus ojos inquietos, borraron esa incomodidad cuando él la tranquilizó inyectándole confianza, un poderoso sentimiento que la hizo caminar.
Su semblante relajado, el que llevaba después de haberla hecho sudar con provocativas caricias en la terraza, murió al escuchar como el tema que avergonzaba a su esposa no se había zanjado si no continuaba creciendo con miradas reprobatorias en el piso inferior.
Kerem se puso de pie y acomodó su saco con autoridad.
Dur
