—¿Sigues enfadada conmigo por Demirci?
—Todavía—jadeó contra sus labios. —Pero no tiene nada que ver.
Tomó sus labios de nuevo con frenesí, pero cuando el cuerpo le exigió aire después de tomar su labio inferior y chuparlo sensualmente, decidió resolver ese tema en aquel momento.
—Benim olan her şey senindir. (Todo lo mío es tuyo.) —susurró contra su oído usando su respiración agitada como una incitante propuesta placentera—. Gasta hasta dejarme en la ruina, Aksoy. Soy un hombre que nunca se ha medido para complacer a una mujer, no conoceré los límites para complacerte a ti que eres mi esposa, güzel karim (mi hermosa mujer).
Sus ojos fueron una mezcla de deseo y adoración.
El resto de la ropa terminó en el suelo y Elif sobre él, enfrentándose a una batalla de besos acompañados con
