ANKARA, TURQUIA. Años atrás. Shhh… Shhhhh… Shhhhhhhhh… Lina Al-Fayed sujetaba fuertemente a sus dos hijos. Tenía el cuerpo pesado, el pie le ardía, la mano parecía dislocada, pero eso no impidió que se aferrara a su hijo Adnan que, aunque pequeño, sentía que algo malo estaba pasando. Zayd se aferraba a sus vestidos y ella le miraba suplicante diciéndole con la mirada que guardara silencio. Su auto estaba impactado a pocos metros de distancia. Ella iba al volante y los niños atrás, pero cuando fue presionada por otros vehículos y tomó una velocidad peligrosa, poco pudo hacer en la llegada de la curva. Su auto impactó contra un árbol del enorme camino hacia “Parque Nacional Soğuksu” y la mujer salió del auto, en medio del humo. Tomó a sus dos hijos, aunque cojeaba de un pie y tenía el b

