CAPITULO 104-1

1088 Words

RIAD, ARABIA SAUDITA. —¿Quieres que te agradezca? ¿Qué bese tu mano? —Yo no he dicho eso, Kirina. —No, pero puedo deducir exactamente lo que piensas—aseguró la mujer aquella mañana cuando el destino la hizo toparse a Nayed a la entrada del hospital. Samir estaba relativamente mejor y ella un poco más calmada porque los hombres a su alrededor parecían ser sumamente astutos. Los hermanos de Nour llegaron al hospital justo al día siguiente de que Samir volvió en si y siguieron las instrucciones que les brindó para impedir que Zayd metiera las manos donde no debía. No era momento de subestimarlo, pues tenía entre manos una información muy importante y Adnan no había hecho acto de presencia en semanas, a pesar de la salud inestable de su hermano mayor. Kirina había seguido de cerca las not

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