—¿Quieres volverme impudorosa? —Mi amor, el pudor no es algo que yo maneje en mi vida y estoy seguro, que tu tampoco, porque en el fondo deseas fervientemente que lo haga…Agresivo—su mano deslizó por su vientre—y duro. —No puedo—repitió, pero en realidad quiso decir hazlo. —Tamam—espetó antes de que una sonrisa traviesa apareciera en sus labios, mientras su mano se afirmaba con la palma abierta en la pared y le miraba fijamente a los ojos sin perderle de vista ni un solo segundo—. Solo quiero que me respondas una cosa con sinceridad. —¿Qué cosa? Nuevamente, se vio tragando saliva. Parecía que se la quería comer. —¿No puedes o no quieres? —Behir… —Shhh…—siseó poniendo su dedo contra sus labios callándola de golpe—. Si vuelves a llamarme así con tanta naturalidad, voy a dejar

