—¿Te diviertes? —Mucho. Paso gran parte del tiempo en Bodrum cuando no se me requiere en otras posiciones—comentó despreocupado—. Allí hay carne de todo tipo. Puedes sacar tus sádicos instintos en el cadáver de algún maldito traidor o disfrutar de las mujeres castigadas por la Turk. Es un puto infierno para ellas si caes en esa posición, pero una diversión para aquellos como yo que tienen el alma podrida. Las putas te sirven si les pagan, pero hay una suciedad muy grande en no pagar. —¿Mujeres? —Mujeres, hombres… ¿Qué más da? ¿A quién putas le importa? Hay una diversión muy grande ahora en Bodrum. Tal vez no lo sepas, pero la esposa de Andar Celik metió la pata y la metió hondo—comentó Ozcan, provocando que Elif tragara saliva. Mierda. —La señora ha ganado una posición en esta casa.

