ESTAMBUL, TURQUIA. —A ese maldito se le acabó el tiempo. Búscalo, encuéntralo y llévalo a Bodrum. Allí aprenderá a que, sin importar el costo, si alguien le pide explicaciones, debe saber darlas. En este mundo los errores se pagan caro, cuando se trata de la Turk, inclusive aquellos que no están jurados con sangre a ella—bramó Ruzgar aquella mañana, mientras Ahmet escuchaba y asentía. La lluvia no cesaba y según los informes meteorológicos, estaba próxima a caer la primera nevada. Ahmet respondió ante la orden, era casi un hecho. —Boran lo ha seguido como usted solicitó, Güven. Ruzgar chasqueó los dedos. Ya no habia nada más que hablar. —¡Entonces allí lo tienes! —aseguró—. Será sencillo encontrarlo. El hombre asintió. Zurab Shengelia tenía los días contados. El Güven le dio un t

