Si le manchaba de labial iba a ser una imagen tan sensual que… Entreabrió los labios cuando la lengua de Elif bajó del ombligo hasta la cremallera, donde sintió sus dedos eliminando cualquier barrera entre ella y su desnudez. Su cuerpo se tensó por completo cuando la humedad y calidez de su boca fue detectada por sus sentidos. Sus manos no le dieron tregua, buscando que perdiera la cordura de placer con movimientos lentos, pero muy provocadores. Sus uñas estaban pintadas de un rojo intenso y ligeramente largas, haciendo juego perfecto con el color de sus labios. La mano izquierda de Elif se mantuvo sobre su abdomen, la derecha atendiendo esa dura erección y su boca disfrutando de aquella parte de su cuerpo que tanto disfrutaba cuando estaba dentro de ella. Mientras su boca lo consumía por

