—Además de inteligentes son muy bonitas—aseguró casi para sí misma mientras la pitón Lavender Albina parecía curiosear con su lengua todo a su alrededor. Ella debía ser algo nuevo. Dejó que la víbora se deslizara por su cuerpo, aunque se le dificultaba un poco debido al tamaño. Su piel era de un tono rosáceo muy claro, pero con imponentes patrones amarillos tan brillantes, que parecía hecha de oro.
—Dahab…
—¿Ese es su nombre?
Ruzgar asintió.
—¿Ocupas demasiado tiempo nombrándolas? ¿Todas tienen uno?
—Todos en este mundo necesitamos tener un nombre—respondió—. Así, podemos ser llamados o encontrados. Un ser si nombre, es un ser sin nada y es curioso, porque hasta los maltrechos y desgraciados de este mundo, adquieren uno de alguna manera. Me gusta mucho Dahab. Significa “la que bril
