—¿Un nombre japones ahora? —Significa rojo. Como sus ojos. —¿Cómo sabes que son de él? —Por los patrones y por el color principalmente. No tengo una serpiente igual que Akari. Es completamente blanca de ojos rojos y a Dahab ya la viste. Preciosamente dorada. Tuvieron cinco crías y algunas muy interesantes—comentó mientras se inclinaba para tomar otra de las serpientes pequeñas que tenía en aquel terrario—. Esta en particular es preciosa, pero nació ciega. Elif se quedó pasmada al ver el color. Era totalmente negra, de un n***o tan intenso que parecía brillar como tornasol. Cuando la tuvo en sus manos, analizó su rostro y descubrió el pequeño detalle de nacimiento. Tenía enoftalmia, una enfermedad común en las serpientes en cautiverio que les impedía ver. Seguía siendo un animal ti

