Imbécil. Descarado. Doblemente imbécil. Triplemente descarado. Los dedos de Ruzgar se posaron discretamente sobre su escote. Estaba en camisón y sus ojos grises, un poco más vivaces por el alcohol. La seriedad con la que Elif lo observó, se mezcló con expectación. Sus dedos tocaron apenas su piel y entonces, sorpresivamente terminó sujetándola por la cintura y llevando su rostro a su cuello. Los vellos del cuerpo de Elif reaccionaron ante la violencia, pues la había empujado hacia él firmemente. Olía a fragancia y a whisky. Se mantuvo así por breves segundos, hasta que sus labios comenzaron a descender por su cuello, buscando iniciar una treta provocadora. —Ars…. —Shhh...shhh...shhh—siseó varias veces llevando de inmediato su dedo a sus labios y tocando esa suavidad que tanto le

