—Entonces pueden ir a beber de una vez—interrumpió Ruzgar de forma directa, buscando sacarlos de la habitación. —Estoy seguro de que no será nada grave, pero en caso de serlo, la mañana lo dirá.
Kerem notó sus ojos asesinos y alimentó la situación.
—Fassali comentaba que tenía dudas sobre la cacería y aunque dejaste al aire una apuesta formidable, es supersticioso. No es bueno ir a cazar en menguante. Pensamientos persas—pronunció—. Ya que tiene esas dudas, podríamos ir a la cacería nosotros dos…
—Absolutamente no. Iremos los tres. No quieras cubrir con supersticiones baratas la apuesta que hemos montado. El buen ojo y la agilidad con el gatillo, no tiene nada que ver con la luna. Iremos mañana, sin falta. A eso hemos venido.
Fue contundente con su decisión y la mordacidad con la q
