—A Behirham parece agradarle la idea de la viudez—le hizo ver.
—A Behirham, siempre le agrada lo que le quita problemas, Sorunlar.
Le tendió una cajilla de balas y la impactó en su pecho, para después continuar su camino, no sin antes inclinarse y depositar un provocador beso de Judas en su comisura. Alargó sus dedos y acarició su mejilla, creando una sensación de vacío cuando corto el tacto de golpe.
El andar continuó durante varios minutos, hasta que el terreno se tornó cada vez más inestable. Lograron llegar al punto donde avistaron al jabalí la ultima vez. Todo parecía estar en silencio, hasta que escucharon el leve sonido de las hojas rompiéndose. Elif chocó con la espalda de Ruzgar que se mantuvo atento al sonido y antes de moverse, sujetó su mano y le indicó silencio.
El soni
