RIAD, ARABIA SAUDITA. —¿Qué estas pensando? —preguntó Adnan. —En Behirham—confesó entonces, después de haber tenido el recuerdo que la mente de su hermano posiblemente borró por ser demasiado traumático. La expresión en el rostro de Adnan se nubló al escuchar ese nombre. Rara vez era mencionado, pero cada vez que lo hacía, provocaba un sudor frio en la espalda de sus hermanos. —¿El primogénito de papá? ¿Por qué piensas en él? —Recuerdos—pronunció Zayd en medio de un suspiro. —Yo prefiero no recordar nada y si en algún momento alguien pregunta, diré lo que me han dicho, problemático, maniaco, incontrolable. Tú hablas poco de él y eso que eras mayor que yo cuando le conociste. No tengo muchos recuerdos y si los tengo, se han borrado con los años. Es demasiado. Zayd se quedó en si

