MERSIN, TURQUIA. Tenía que tomar una decisión. No había dejado de ver a un punto fijo desde hacía varias horas mientras fumaba un cigarrillo. En las venas tenía firme el deseo de hacer arder a Isel Celik, pero por el otro lado, lamentaba quitarle a todo lo que le quedaba con vida, sin embargo, teniendo una mujer así a lado, era mejor no tener nada. El cigarrillo en su dedo humeó. Elif estaba dentro del hotel, posiblemente tomando un baño mientras él ponía en orden el siguiente movimiento. Ahmet apareció a sus espaldas en compañía de otro hombre. El Güven ni siquiera se dio la vuelta, porque ya sabía de quien se trataba. —Has ganado por un error de Usta, Karaca. —Aun así, no pensaba dejarlo obtener mi cabeza tan fácilmente. —Claro que no, nadie quiere morir—aseguró mirando como la lig

