Ansari se aclaró la garganta. —No creo que debamos… —No veo problemas—interrumpió Elif—. Conozco perfectamente a mi familia, señor Ferhadi. Creo que la historia familiar es algo que debe recordarse, siempre y cuando, se haya discernido entre lo bueno y lo malo, porque hasta el momento no existe ni ha existido una familia perfecta. Mi padre tuvo muchas cosas buenas… —Era un magnífico socio. Mis hombres tuvieron la fortuna de negociar con Esmirna hace unos diez años, cuando el gobierno de Burak Aksoy estaba en su apogeo. Era una niña en ese momento, pero la alianza que pactó con Ankara y Bursa, fue magistral. Pudo haber seguido así, de no ser porque la ambición se coló en ciertas líneas. La salvación estaba en sus manos, pero le faltó el criterio propio que le mencionaba. Todo comenzó co

