ESMIRNA, TURQUIA. AÑOS ATRÁS. —Tienes que ponerte firme. —Es complicado. —¿Es complicado ponerte firme? —No soy buena para esto—aseguró Elif mientras sentía la pesada arma en la mano. Tenía apenas doce años y nunca, ni siquiera por una vez se había interesado en disparar. Su hermano estaba cruzando la lise porque tampoco tenía que ser un vago y varías cosas del negocio incluían temas que se enseñaban en la escuela, lo demás, se lo enseñaría la vida o eso era lo que su padre repetía una y otra vez. La chica le tendió el arma y la impactó contra su pecho—. Deja esos asuntos para ti. Papá se molestará si te mira enseñándome cosas que no debes. —Papá es muy voluble en esos temas. —Mamá estará enfadada. —¿Y ahora te importa lo que diga mamá? —Solo uso ese pretexto porque no me

