ESTAMBUL, TURQUIA. Elif escuchó sus palabras de despedida y después el sonido del corte de la comunicación anunciando que el hombre se había esfumado. Sus ojos tenían un brillo dolido, pero intentó mantener la calma sobre todas las cosas, aunque por dentro sintiera un líquido ardiendo subiéndole por la garganta. No iba a tener una crisis de pánico de nuevo y menos cuando sabía que la persona que le habia llamado, estaba entre ellos. Puso el teléfono ante sus ojos y observó las fotografías. Behirham… Behirham… Behirham… ¿Dónde demonios estaba metido en ese momento? Habían llamado para amenazarla, pero también para chantajearla. No tenía que pensar en nada de antes…Tampoco hacer preguntas del pasado, porque se prometió así misma no volver. Eso era lo que la persona que le llamó estaba

