La estaba seduciendo con descaro y mucha insinuación…
La mujer colocó su dedo índice entre sus labios y los suyos.
—El día que Allah repartió el descaro despertaste temprano o simplemente no dormiste en toda la noche para ser el primero, Behirham—respondió ocultando que su descaro le habia divertido. —Iré a darme un baño. Ha sido una noche abrumadora y un poco pesada. Puedes pensar en tu harem tanto como quieras, pero ya te lo dije. Me pones al tanto para no formar parte de él ¡Ni siquiera siendo “Haseki”!
Le dio la espalda para dirigirse de nuevo al baño, pero unas enormes manos la rodearon desde atrás y la obligaron a pegar su espalda a su pecho. Estaba molesta. Le gustaba. Ruzgar besó su cuello y perdió su rostro entre el y el hombro, sintiendo el aroma que emanaba de su piel con cu
