He pasado todo el día preparando la cena. Cada movimiento ha sido calculado, cada plato preparado con la intención de hacerlo sentir bien, de demostrarle que quiero ser parte de su vida, que puedo ser útil para él. No quiero ser solo una carga. El aroma de las especias inunda la cocina, entremezclándose con el dulce olor del pan recién horneado y el suave perfume de las flores que coloqué en la mesa. Todo está dispuesto con un cuidado meticuloso, como si al ordenar cada detalle pudiera también organizar el caos que llevo dentro. Hoy quiero demostrar que puedo encajar aquí. Que no soy solo una pobre chica humana rescatada de un infierno, que puedo aportar algo, aunque sea con pequeños gestos. Llevo puesto un vestido verde menta. Es su color favorito. Pude haber elegido rojo, que tam

