Capítulo 1

1389 Words
Narra Dominic “Lo siento, Domi” esas son las palabras que cambiaron mi vida, desde hace dos años dejé de preocuparme por mi misma y dejar mi futuro, sueños, anhelos, aun lado, todo comenzó cuando mi hermano y yo decidimos venir a Los Ángeles, nuestros padres fallecieron y solo éramos Dante y yo, desde que tengo uso de razón trabajo por mis cosas y no siento pena de hacerlo, también dedicaba mi vida a mis estudios, siempre he soñado con ser una gran cocinera, pero lidiar con hermano que le gustan las apuestas es como un gran saco con el que no puedes cargar, pues pesa demasiado para poder llevarlo en los hombros. Un diez de Enero, día de mi cumpleaños esperaba poder pedir un deseo “Cambiar mi vida” sin querer el deseo se concedió. - Feliz cumpleaños, Domi – me dice mi hermano entregándome un cupcake de chocolate al despertar - ¡Vaya! Tal vez hoy llueva muy fuerte, no puedo creer que te hayas gastado un dólar para comprarme un obsequio. – menciono de forma sarcástica - No, pero si no lo quieres yo lo puedo comer por ti – el intenta darle un mordisco pero yo se lo arrebato de las manos - Gracias, Dante Abajo del cupcake hay una nota, pero cuando quiero abrirla para leerla, él no me deja - Léela cuando ya no esté – menciona quintándola de mis manos y dejándola sobre la mesa Me imagino que debe ser algún mensaje cursi, le debe dar algo de pena que lo lea frente a él.  Como todos los días voy a mi trabajo, mi función es lavar platos durante la mitad de la mañana, resulta increíble pero es la verdad; trabajo en un pequeño restaurante, mi función es mantener desde un tenedor hasta las ollas más grandes limpias y brillantes, recoger la basura y sacarla, claro está que debe ser clasificada primero. Por la tarde voy a mis clases de gastronomía, me gusta mucho la cocina y siempre que puedo ver a los cocineros lo hago para aprender un poco de ellos, en eso se resume mi vida, es lo que hago día a día sin descanso; no tengo muchos amigos pero a pesar de eso mi círculo social se resume al grupo de personas con las que comparto mi trabajo. Antes de volver al lugar en el que vivo, paso por una tienda para comprar cebollas, estoy aprendiendo a manejar los cuchillos así que debo practicar, he acomodado un lugar en casa en el que puedo repasar recetas y probar cosas nuevas, no es muy espacioso pero puedo acomodarme. - ¡¿Dónde está?! – grita una persona - No hay nadie señor – responde alguien más  A medida que subo las escaleras escucho las voces de hombres que discuten por alguna razón, con pasos temblosos llego hasta el último escalón y veo mi pasillo invadido por personas que nunca antes había visto, ¿Qué sucede? ¿Están en mi casa? Me acerco hasta el número 213 que es la nomenclatura de mi puerta y efectivamente están allí. - Ella es su hermana – grita un sujeto de piel morena señalándome Detengo mis pasos y comienzo a retroceder, las bolsas con cebollas caen en el piso y más de una rueda por las escaleras. - ¡Deténganla! - grita el sujeto que luce mayor que los demás hombres, parece el jefe por cómo les habla Intento correr pero es demasiado tarde, uno de los sujetos me tiene de las manos y me arrastran hasta el interior de la casa, grito pidiendo ayuda pero ninguno de mis amados vecinos sale para socorrerme. Observo a mí alrededor y está todo hecho un desastre, mis libros de cocina, mis cuadernos de recetas están despezados y tirados por todo el piso. - ¿Dónde está Dante? – pregunta el hombre mayor de barriga protuberante - No lo sé – respondo con voz temblosa - Vamos niña, no estoy jugando, tampoco estoy de humor; te preguntaré una vez más, ¿Dónde está tu hermano? El hombre me toma del mentón y me mira justo a los ojos - No lo sé, le juro que no sé dónde está – intento ser sincera pero no vale la pena, el hombre me da una bofetada que por un segundo todo a mi alrededor se torna oscuro. - Ese maldito hijo de puta me ha robado medio millón de dólares en mercancía, ese infeliz se ganó mi confianza, le di mi droga para que hiciera un traspaso y luego de recibir el dinero de mi cliente se esfumado. Comienzo a llorar por el maltrato que estoy recibiendo, también lo hago por la decepción, el miedo y la angustia para no salir muerta de aquí. - Para mí el dinero es insignificante, pero la burla que he recibido no tiene perdón, si lo llego a ver lo voy a matar con mis propias manos - Señor, el jefe del aeropuerto nos ha dicho que es algo tarde, Dante salió de la ciudad, al parecer lleva otras identificaciones y le han perdido el rastro Otro hombre le informa al hombre enojado mientras atiende la llamada - ¡No! Ese infeliz - grita como loco mientras con sus brazos tumba las cosas que están a su alrededor - Ese dinero no lo voy a perder, nadie se burla de Dunga, me oyes, ¡nadie se burla de Dunga! Completamente enloquecido recorre la habitación de un lado a otro, es tan pequeña que solo le bastan un par de pasos para caminarla por completo. - Si él no está, entonces tu deberás pagarme mi dinero ¿me oyes? Afirmo con mi cabeza a lo que dice - Mes a mes vendré hasta que pagues todo lo que ese maldito se ha robado, no intentes ir a ninguna parte porque donde estés te encontraré, te arrancare hasta los ojos para venderlos en el mercado, hare lo que sea para recuperar mis billetes. Los hombres salen de la habitación, lo último que hacen es darle un portazo a la puerta que me hace brincar de la impresión, ¿Qué demonios ha sucedido? Ahora que vuelvo a entrar en si es que siento como me palpita la mejilla por la bofetada que recibí ante, toco mi mejilla y en la comisura de mi labio hay una gota de sangre, me pongo de pie para recoger los pedazos de mis libros que están esparcidos por el espacio, me agacho para tomar las hojas e intentar armarlos de nuevo, al levanta una de ella encuentro la nota que esta mañana me entregó Dunga, la abro y solo eran un par de palabras “Lo siento, Domi”  llena de impotencia comienzo a gritar, la nota que está en mis manos la rompo en mil pedacitos y la tiro lejos de mí, ¡Eres un imbécil! En medio de mis gritos y de mi crisis, tomo mi móvil para llamarlo, solo quiero que me diga donde esta para yo misma entregarlo a esos hombres, estoy harta de sus estupideces, de que siempre este en problemas y de que me involucre en ellos; al encender la pantalla veo que tengo un mensaje de el de hace un par de horas, era un buzón de voz. - Sé que quieres matarme en este momento, pero no podía seguir viviendo como un maldito miserable, ya estoy cansado de ser un pobre muerto de hambre, desde niños la miserablesa es lo que nos ha acompañado, lo siento Domi. Las lágrimas salen de mis ojos por si solas, me quedo tirada en el piso pensando en lo egoísta que es, si pensaba hacer esto ¿Por qué me ha dejado sola? ¿Por qué no me llevó con él? Dos años después… Desde aquel día mi vida ha cambiado, tuve que dejar mis estudios para poder pagar esa deuda, ahora estoy trabajando en un restaurante más lujoso en el que me costó mucho entrar, se llama Diamond Angels, en el que estoy todos los días lavando platos, haciendo mandados y cumpliendo con cualquier cosa que me pidan, por la tardes trabajo en una lavandería donde estoy hasta la noche, de esa manera puedo sobrevivir, pagando el arriendo, algo de comida y la gran deuda que parece que nunca podré terminar de pagar.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD