ÉL NO EXISTE.

Sinopsis Él no existe… Eider... un nombre único para una pequeña, quien acabó con la tradición de la familia Alcalá, los cuales otorgaban a cada uno de sus hijos un nombre bíblico; su hermana fue nombrada, Samara "La protegida por dios" y su hermano, Adriel "El pastor de Dios". Ella solo era Belleza... El significado de su nombre era ser alguien alegre y sociable, una mujer bella por dentro y por fuera. La gente alardeaba que aquella pequeña lo era en sus primeros años de vida. Aunque en realidad era todo lo contrario; Ella era un ser sin luz al nacer, el castigo más grande de Lucifer. Ella era el milagro de la comunidad de Galicia, pues al nacer casi perdía la vida, era una niña llena de bondad hasta aquella noche... Sus dudas destruyeron su creencia y acabaron con su fe dejándola varada sin camino alguno... hasta que aquel demonio apareció y cambió todo, dejándola al borde de la demencia. Pasó de ser la respetada hija del pastor Marcus a la deshonra de Galicia... sin amigos, sin buenas notas, viviendo en la soledad de su habitación, en busca de respuestas, aprendiendo idiomas antiguos, queriendo encontrar la verdad absoluta. Aquel demonio cuidaba de ella estando en la oscuridad, siendo discreto en cualquier momento, esté solo esperaba el momento perfecto para presentarse ante ella como su creador. El dueño de su alma, ya que por ella... el demonio era castigado con una marca en el cuello, Eider le pertenecía; solo en eso pensaba. [...] Un ser sin luz ha nacido... y junto a él, el gran pecado de Devil. Infiernos en llamas, muertes innecesarias, caos y lujuria. La humanidad niega su existencia para reconocer su reino como el paradero de todos los infames, crueles y bastardos. Pocos son los que le rezan, pocos son los que dicen conocer de él. Lo que ellos no saben es que aquella oscuridad puede llegar a ser una persona de carne y huesos, con varios nombres, distintos apellidos o rostros, intenciones. Si logras hablar o simplemente llamar su atención... estás perdido pues se trata del ser más astuto, suficientemente inteligente para acabar con simples mortales y eso solo lo conocía aquella mujer sin luz que habitaba entre ellos, la única con el poder de ver sus ojos claros, grisáceos, transparentes los cuales encendían convirtiéndose en fuego, Devil era pecado puro para cualquier mujer. -¿Acaso no pedías por mi?... sabes quien soy, pero aún no lo que quiero, te quiero a ti, me perteneces desde tu primer suspiro- explicó en un perfecto latín algo que la mujer no logró entender, aterrada jadeo repetidas veces. -Has sido mi mayor pecado- insistió mirándola fijamente sin antes mostrarle aquella marca en su cuello de la cual brotaba sangre fresca. Los dioses eran castigados con una marca decorando su cuerpo, Devil... el peor de ellos con más de cuatrocientas marcas negras en todo su cuerpo.