Un Mal Comienzo

1741 Words
Hoy se suponía que tenía que ser mi día especial, hoy era el famoso baile de graduación, un día que llevo esperando con ansias, desde que inicie el colegio, para ello llevaba preparándome desde hacía semanas, para tener todo listo y que esta noche fuera mi noche inolvidable, tenía al chico perfecto, el vestido de mis sueños, el peinado que había resaltar mis facciones, todo al mi alrededor parecía estar perfecto. Todo estaba listo para que disfrutara esta noche con mis mejores amigos. Pero al parecer el universo tenía planes muy diferentes… 6 MESES ATRÁS - ¡Allison!, ¡Daté prisa, llegaras tarde y la loca de tu amiga no tarda en llegar! – gritaba mi mamá desde parte inferior de la casa, sin muchos ánimos salí de la cama directo al baño, para prepararme para un día más del instituto, estábamos a un par de meses de salir y realmente mis ánimos no eran los mejores. Salí de darme una ducha y me puse un atuendo que ya el día anterior había elegido, el cual consistía de un vestido con flores azules cuatro dedos arriba de la rodilla, una chaqueta de cuero n***o y unos converse blancos. Me maquille lo más sencillo, y ya estaba lista para otro día de escuela. Estaba dirigiéndome a la parte de abajo cuando escuche el ruidoso claxon del coche de mi mejor amiga, definitivamente estaba loca, con todo el ruido que estaba haciendo despertaría a toda la cuadra. - ¡Ally, date prisa, la loca de Emma despertara a toda la cuadra! – una sonrisa divertida se reflejó en mi cara, eso mismo era lo que estaba pensando no hace menos de un minuto, cruce por el comedor y me despedí de mi hermosa familia - ¡Adiós! – grite desde la puerta de enfrente, sin esperar un segundo más salí de casa, cerrando la puerta, camine hasta mi amiga, puesto que sabía que si tardaba más Emma haría sonar nuevamente el claxon de su Ford. Ahí estaba recargada en su coche con su hermosa melena rubia al aire libre, llevaba puesto un hermoso vestido blanco con rosa, un saco rojo y converse rojos. Llevaba un hermoso maquillaje, el cual hacia resaltar sus ojos color verde esmerarla, pero lo que más llamaba la atención era el intenso rojo de sus labios. - ¡Oye, guapa! Te quedaras ahí como una tonta admirándome o vas a subir de una vez, me estoy tullendo aquí afuera- decía mientras caminaba hacia mi- Adivina que es lo que te traje- me regalo una de sus sonrisas de complicidad y me giño un ojo. - Mmm, que podría ser- dije jugando y acercándome a ella- ¡Ya se!, un café latte- mencione a lo que ambas reímos y entramos al coche y, ahí estaba nuestro famoso café, gracias a él nos hicimos mejores amigas. Flashback Eran las semanas de exámenes y todos los alumnos estaban apurados y estresados, ese día me encontraba en la biblioteca esperando a alguien para repasar algunos apuntes y completar otros, cuando entro una chica rubia, no le di mucha importancia y continúe con lo mío, estaba a punto de irme pues la persona que había estado esperando para estudiar juntos no llegaba y, ya no podía esperar más, así que me levante de mi lugar y accidentalmente la chica rubia y yo chocamos, derramando así nuestras bebidas sobre la otra. - Lo siento tanto, no era mi intención, no te vi, esto es mi culpa, lo siento tanto- pero ella en vez de enfadarse, la chica de la nada comenzó a reír, por lo que yo no comprendía que era lo que se le hacía gracioso. - Ay, lo siento- menciono, mientras se limpiaba una lagrima. - es solo que deberías haber visto tu cara, era todo un dilema- decía mientras seguía riendo e intentaba tranquilizarse- Soy Emma y tú ¿Cómo te llamas? - me extendió su mano. - Soy Allison- dije aceptándole el saludo. Observando a mi alrededor, note el desastre que habíamos realizado, comenzamos a recoger los libros que habíamos tirado, justo cuando terminamos un carraspeo a nuestras espaldas nos sorprendió, era la señora Thomson, quien miraba directamente el desastre que nuestros cafés habían hecho en el suelo. Así fue como ambas terminamos castigadas, por un mes tuvimos que limpiar la biblioteca y fue como nos fuimos poniendo al día, siempre que terminábamos, nos dirigíamos al café más cercano para comprar el famoso café que nos unió en aquel día. Un café latte, el cual nos volvió a unir después de mucho tiempo, sin vernos. Tiempo después cambiaron a Emma, a mi clase y fue así como nos hicimos inseparables y mejores amigas. Fin del Flashback - ¡Oye! Tierra llamando a Allison- decía Emma, mientras chasqueaba los dedos, llamando mi atención. - Sí, que me estabas diciendo- volteé a mirar a Emma, que me estaba viendo con una cara de enfado y un tanto de angustia. - Te he estado hablando desde hace cinco minutos y al parecer tu estabas en la luna. - tomo un sorbo de su café, la luz cambio a verde y continúo manejando. - ¿En qué estabas pensando?, no creas que no note la sonrisa que estabas poniendo- voltio a verme, me regalo una sonrisa picarona y me giño el ojo, a lo que solo sonreí. - Solo estaba recordando el día en que nos conocimos, el cómo terminamos empapadas de café y castigadas por un mes. - Emma comenzó a reír. - Todavía recuerdo que nos faltaban dos clases más y la señora Thomson no nos dejaba salir si no dejábamos su piso impecable y aparte las blusas comenzaban a estar pegajosas y comenzaban a desprender el olor a café. - Jajajajaja, si todavía lo recuerdo, cuando llegue a mi clase todos se me quedaban viendo y el profesor me mando al despacho de la directora. - ¡Por llevar un atuendo inapropiado! - lo dijimos ambas al mismo tiempo y comenzamos a reír. Apenas llegamos al instituto, buscamos un lugar donde estacionarnos, al encontrarlo bajamos rápido, ya que sino nos dábamos prisa llegaríamos tarde a la primera clase “Química” y siendo sincera ninguna de las dos quería ser regañada por la vieja y amargada Señora Blanca, íbamos a tiempo cuando de repente choque con un chico. - ¿Estas bien? - me extendió la mano para ayudarme a parar. - Sí estoy bien, gracias – tome su mano para poder levantarme del piso, levante mi vista y al mirarle a la cara me cautivaron esos hermosos ojos gris oscuro, parecían una tormenta. Estaba maravillada, parecía un dios griego, como era posible que un ser humano fuera tan perfecto, pero todo termino cuando salí de mis pensamientos, al parecer me estaba diciendo algo y yo no lo había escuchado. - ¿Perdón que decías? - me miro con mala cara, sí definitivamente estaba enojado, seguramente llevaba tempo hablándome y yo perdida en su mirada. - ¡Que tengas más cuidado, me has derramado el café encima! - después de decir aquello desapareció por uno de los pasillos. Al darme cuenta, me encontraba sola y sobre todo estaba llegando tarde a la clase de química, genial ahora tendría que aguantar otro castigo y sermón de la maestra. Apenas llegue al aula toque la puerta y al escuchar el pase, la abrí con cautela, y ahí estaba la mirada reprobatoria de la señora Blanca, estaba a punto de entrar al salón cuando ella me impidió el paso. -Señorita Walter, sabe las reglas, no puede llegar a mi clase a estas horas, a menos que traiga un permiso, ahora mi pregunta será ¿Trae el permiso? - negué con la cabeza- Así que le pido de favor que vaya a la dirección, le comenté a la directora lo sucedido y la próxima vez que llegue tarde procure traer con usted un justificante, Si gracias. Y sin más cerró la puerta en mi cara, pinche vieja amargada solo por llegar tarde, no sé, unos diez minutos, ahora recordaba porque odiaba la escuela, los maestros amargados y las tareas interminables. Sin más me dirigí al despacho de la directora, en el camino algo o mejor dicho alguien cruzo mi mente, ¿Quién será ese chico?, nunca antes lo había visto por aquí, será nuevo, tal vez, pero sería una locura si alguien nuevo entraba a estas alturas del año, pero mis pensamientos no duraron mucho, unas manos me tomaron de la cintura, me daban vuelta y unos suaves labios se apoyaron en los míos, dejando así un suave y cálido beso. - Hola guapa- ahí estaba Mark Simons 1.75 de altura, cabello castaño, ojos cafés claros, labios rosados y dientes blancos, el capitán del equipo de futbol americano llevaba su uniforme puesto y realmente se veía encantador con aquello. - Hola - dije mordiéndome el labio y sobre todo poniéndome colorada, no sabía exactamente qué era lo que Mark hacia para ponerme así de nerviosa, tal vez era por la radiante sonrisa que me brindaba o el simple hecho de su presencia. - ¿Qué haces en los pasillos?, no se supone que estas en clases. No me digas que la señorita perfección decidió saltarse la clase. - mencionaba animado y a la vez emocionado. - No exactamente. Digamos que ocurrió un pequeño percance con Blanca y me ha mandado a la dirección. - Oh, Así que era eso - su radiante sonrisa desapareció y con ella llego una de tristeza- pensé que habías leído mi mensaje- deje de mirarlo y comencé a buscar mi teléfono, no lograba encontrarlo, en donde lo habría dejado. - Creo que he olvidado mi teléfono en casa. - No te preocupes, después del entrenamiento nos vemos, te parece bien. - moví la cabeza en forma de aprobación y se despidió de mi dejando un beso en mis labios. Quedando nuevamente sola, tome mi mochila y continúe mi camino al despacho de la directora, entrando al lugar, note que se encontraba solo, por lo que toque a la puesta de la directora y escuche un pase, cuando la abrí ahí estaba él, sentado en una de las sillas observándome con esos ojos tormenta y una cara de molestia. _________________________________ Hola a tod@ está es la primera historia que escribo y espero que les guste . Pueden dejar algún comentario y así ayudarme a mejorar. Gracias por leer la historia ❤️
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