No sé qué pasará en esta nueva aventura, pero debo decir que mi compañero de venganza parece un ser noble, ha sufrido igual que yo, quizás podamos complementarnos.
-Te presento a mi bebé, tu nueva hija Abigail.- mencioné levantándola en mis brazos.
Mi hermosa hija tiene ya seis meses de edad, es una bebé preciosa, sus ojos son como el cielo, el cabello es n***o como el de Adrian, al menos eso ayuda que tenga parecido con su nuevo padre.
-Hola.- lo escucho decir, él está nervioso, debo ayudar con eso así que le entregó a mi hija, Alexander no sabía qué hacer, le costaba sostenerla.-
-Debes aprender, se supone que eres su padre.-
Mi hija jugaba con su corbata, la vi llevarla a la boca, la dejaría llena de babas, pero al parecer no le importó a Alexander.
-Te pasaré fotos de estos seis meses, supongo que debes tener muchas si te preguntan.-
-Gracias lo escuché decir mientras jugaba con Abigail.-
-Ya está todo listo ¿verdad?- preguntó Don Gabriel.-
-Así es, mañana se hará la presentación, por cierto ¿a qué horas?-
-Pasaré por las dos sobre más 8am, iremos a la compañía y después iremos a nuestra casa.-
-Entonces debo irme de aquí.-
-Por un tiempo.- respondió
-Estarás bien Julia, será solo un tiempo, después volverás con este viejo.-
-Claro que volveré y debes decirme Helena, ese es mi hombre.-
-Helena, me gusta mucho, ya he pedido algunas certificaciones laborales tuyas, haz vivido en Londres toda tu vida.-
-¿Quién se supone que soy?-
-Eres mi ahijada Helena, tus padres murieron en una accidente cuando eras niña, quedaste a mi cuidado.-
-Pues no es tan alejado de la realidad, yo no tengo padres.-
-Te he construido una vida, espero que la disfrutes.-
-Así será Don Gabriel, en verdad lo aprecio.-
El es un buen hombre, sé que está arriesgando mucho por mi, solo espero que en mi plan de venganza no lo perjudique.
-Pedí que nos prepararan el almuerzo, supongo que te quedas ¿verdad hijo?-
-¿Eh?-
-Que si te quedas.-
-Si, un momento más.- respondió Alexander, él seguía jugando con Abigail, ella estaba feliz con su barba.-
Mi hija se sentía a gusto con el, yo solo lo observaba, los dos tenían algo de parecido, compartían el cabello n***o y ojos azules, él era de piel trigueña.
Creo que me di un buen gusto observándolo, lo había visto casi desnudo y su cuerpo es asombroso, ahora que veo sus facciones me gusta más, tiene un rostro perfecto, se viste y huele muy bien, creo que mis hormonas aún están alborotadas.
El almuerzo comenzó, Abi había iniciado a probar algunos alimentos, solo sería el sabor, Alexander comía y hablaba con Don Gabriel mientras que yo observaba.
Una vez terminamos él se marchó, mencionó que volvería mañana por nosotras.
-Entonces ¿qué te pareció?-
-Es un buen tipo.- respondí
-Quiero que te prepares, el hombre que ves aquí solo muy pocos lo conocen.-
-No entiendo.-
-Mañana lo verás en público, verás como se comporta, es frío, arrogante, no permite que nadie se acerque y bueno algo irritable.-
-¿Cómo puede ser dos personas diferentes?-
-Le caíste bien supongo, él se abrió ante ti.-
Que extraño hombre, pensé..
La tarde se fue volando junto con la noche, había comenzado un nuevo día y también una nueva vida.
Me levanté temprano, tomé una ducha larga mientras pensaba, hoy decidí ponerme un vestido verde esmeralda, hace poco lo había comprado pero no tenía una ocasión especial para ponérmelo.
Dejé mi cabello en ondas, mis labios rojos y maquillaje suave, tuve que resaltar mis pestañas para que mis ojos se vieran llamativos.
Tacones altos y actitud de empoderada, fui por mi hija, ella estaba lista, su vestido de muñeca la hacía ver encantadora.
-Vamos mi amor, hoy tenemos un día movido.- mencioné tomándola en mis brazos.-
Al llegar al comedor Don Gabriel nos esperaba, fue un desayuno rápido, pronto llegarían por nosotras.
-Mis señores, ha llegó el señor Williams.- mencionó el ama de llaves.-
-Gracias.- Respondió Don Gabriel, tomó a Abi en sus brazos, yo salí a su lado.-
Al llegar a la puerta lo vi, Alexander vestía de traje azul, tenía una mano en su bolsillo mientras que con la otra hablaba por teléfono, estaba guapísimo.
Levantó su rostro encontrándose con el mío, colgó la llamada y se acercó.
-Buen día.- mencionó y besó mi mejilla.-
-Hola.- respondí
-¿Están listas?-
-Si.-
Alexander pasó y saludó a Don Gabriel, vi como le pasaron a Abi a sus brazos, por lo que veo él la llevará, mi hija estaba cómoda.
Nos subimos a su auto, jamás en mi vida había visto tanto lujo, su conductor nos llevaría, yo estaba que moría de nervios, por el contrario él iba jugando con Abi.
-¿Estás nerviosa?- preguntó sacándome de mis pensamientos.-
-Mucho.-
-No te preocupes, yo no permitiré que te pase algo.-mencionó y tomó mi mano, pude sentir su apretón.-
Aprovechó el momento para poner un anillo en mi dedo, se supone que estamos comprometidos.
-Sabes que él estará allí.-
-¿Adrián?-
-Si.-
-Revise la nómina, al parecer él es el director del departamento financiero.-
-Escaló.-
-Tu hermana también está, ella es la secretaria de mi primo.-
-Vaya, también ascendió.-
-Una vez en el poder veremos cómo acabar con ellos.- mencionó
Yo solo asentí, dirigí mi mirada hacia la calle, hace tiempo que no salía, estuve prácticamente los seis meses encerrada, solo lo hacía para comprar algunas cosas básicas.
Llegamos a Inversiones Williams, una sola vez había venido, no recuerdo que fuera tan grande y majestuosa.
La caravana de autos comenzaron a estacionarse, todos los de seguridad de Alexander, ahora el nuestro se detuvo.
Habían personas observando, según veo todos sabían que hoy volvería Alexander así que estaban atentos a su llegada.
-Supongo que todos quieren ver si me veo como un monstruo.- mencionó
-Pues se va a decepcionar, te ves muy bien hoy.- mencione, sonrió y se puso sus lentes oscuros.-
La puerta fue abierta, el salió con Abi, vi como extendió su mano para que yo la tomara, ya no había tiempo para arrepentimientos.
-Recuerda que estamos juntos en esto.- susurró Alexander y me dio un beso en la mejilla.-
Comenzamos a caminar, había un grupo de personas en la puerta, los conocía muy bien, eran sus padres, primo y ex novia, todos vinieron a recibirlo.
Yo me sujeté con fuerza de su mano, tenía miedo de desmayarme y caer, también llevaba tiempo que no usaba tacones así que debía ir con cuidado.
-¡Alex!- gritó la madre acercándose abrazarlo, yo me quedé a su lado, todos me observaban con extrañeza, querían saber quién era yo y sobre todo la bebé.-
-Hola madre.- respondió Alexander.
-Hijo qué alegría volver a verte, ha pasado tanto tiempo.- Ahora era el padre quien se acercaba abrazarlo.-
-Quiero presentarles a Helena mi prometida y a mi bella hija Abigail.-
-¿Hija? ¿Prometida?- Preguntó la madre.-
Yo extendí mi mano, el padre la recibió pero con intriga.
-Primo adorado que grata sorpresa, vuelves y con familia ¿cómo es que no lo sabíamos?-
-No tenían por qué, es mi vida y es muy privada.-
-Hola Alexander, te ves muy bien.- mencionó Cecilia, se acercó para besarlo pero se quedó con las ganas.
Alexander se dio la vuelta para besar mi mejilla.
-Mi amor ellos son mis padres, Ernesto y Sofía.-
-Es un placer verlos, Alex me ha contado mucho de ustedes, siento que ya los conozco.-
-Eh.. si.- respondió la madre asombrada.-
-Bueno entremos, no creo que nos quedaremos en la puerta todo el día.-
-Claro hijo entremos.-
Pasamos por la recepción, todos los empleados nos observaban sin perder detalle alguno, una vez en el ascensor John comenzó hablar.
-Entonces eres mi nueva prima, quiero presentarme soy John Williams.- mencionó para darme la mano, yo la tomé y le sonreí.
-Que gusto conocerte John.-
-Soy Cecilia su esposa.-Interrumpió Cecilia.-
Yo solo la miré de reojo, no negaré que es una mujer bella, se nota que nació en cuna de oro, la elegancia está a flor de piel.
Que incomodidad estar todos encerrados en un pequeño espacio, gracias al cielo Abigail iba riendo por las caricias de Alexander, al menos desvía la atención.
-Alexander ¿por qué no nos dijiste que teníamos una nieta? .-
-Madre me dediqué a mi mujer e hija, no quería ser el centro de atención de los periodistas, Helena merecía un embarazo tranquilo y yo se lo di, ya estamos aquí, supongo que ya está la entrega lista.-
-Así es hijo, John te hará la entrega como se acordó.-
-Alexander quizás puedes tomarte unos días, no es necesario que ya comiences a ejercer.-
-Será en este momento John, es más no te necesito aquí, yo me las arreglaré.-
-Tanto tiempo y sigues con tu manera despectiva al hablarme, sabes que yo quiero lo mejor para todos.-
El ascensor se abrió, por fin todos habíamos salido, si durábamos un minuto más esos dos hombres se irían a golpes.
Alexander no soltaba mi mano, todos caminábamos hacia la sala de juntas, más empleados nos observaban entre esas caras conocí una.
-Bienvenido señor Williams.- mencionó Linda, inclinándose un poco para que viéramos sus pechos falsos.-
-Padre necesito que mi oficina esté lista, traigo conmigo mi propio asistente así que no necesito secretaria, también deben arreglar la oficina de Helena, ella será la vicepresidenta Financiera.-
Esa noticia no me la esperaba, como que trabajaré aquí, eso no lo habíamos hablado.
-Primo llegaste dando muchas órdenes.-
-John creo que el que manda aquí soy yo, ¿dime si volverás a tu antiguo cargo o te marchas?.-
-Seré el vicepresidente comercial.-
-Bien.- respondió Alexander.-
-Amor tardaré un poco en revisar los estados financieros ¿no te importa?-
-Para nada, yo te ayudo.-
El solo asintió, esta farsa me tiene con los pelos de punta, muchas personas tienen los ojos puestos en nosotros, he tratado de estar serena pero es casi imposible.