Llegamos a la recepción, Adrian mencionó que iría por su auto al estacionamiento mientras que Magdalena y yo esperábamos afuera, las dos salimos sin problemas. -Escuché la discusión con Adrian, se nota que se odian a muerte.- -Lo siento mucho Helena, él es un desgraciado y no lo tolero.- -Está bien no te juzgo, pero entonces te propongo algo, ayúdame a destruirlo.- -¿Cómo?- -El debe tener algún secreto, algo oscuro.- -Todo en él es oscuro.- mencionó -Bueno tenemos que averiguarlo.- Adrián llegó, su auto era un porche último modelo, sé que el salario de seis meses no le daría para comprar algo así, solo hay dos opciones, está endeudado hasta el cuello o recibió dinero de algún lado. Magdalena y yo nos subimos en la parte trasera, por nada del mundo iría a su lado. -Helena sién

