Capítulo 46. Escondida del mundo ¿Por qué? Vicenzo la había dejado antes de continuar hacia su oficina, debía poner muchas cosas en orden. Se había ausentado por una semana entera sin pensar y muchas cosas necesitaban de su pronta atención. Ella empujó la puerta de su departamento con suavidad, pero apenas cruzó el umbral, un par de gritos la sobresaltaron. -- ¡Maia! – la voz de Sara retumbó por toda la sala antes de que la joven corriera hacia ella. -- ¡Por fin! ¡Pensé que nos dejarías esperando para siempre! – -- ¡Dios! – añadió Juliana desde el sofá. -- ¡No tienes idea de la noche que pasamos! – Maia soltó una risita. -- No entiendo ¿Por qué? Anoche recuerdo haberles dicho que estaba bien – les recordó y ambas asintieron, pero el simple hecho de pensar en lo que les diría hoy l

