P.O.V. Tomás
Era un sueño, un maldito sueño hecho realidad. Ella estaba aquí, conmigo. Sentirla debajo de mí, escuchar sus gemidos provocados por mi toque, hacía que esta fuera la mejor sensación del mundo.
Me subí lentamente a la cama, con la respiración entrecortada. Melissa no apartaba sus ojos de los míos, sabía lo que iba a pasar. No había marcha atrás. Esto era lo que quería, todo de ella, todo con ella.
Me coloqué sobre ella y, sin apartar la mirada, mis labios buscaron los suyos. Un beso intenso, cargado de deseo. Su boca era dulce, suave, perfecta. Bajé a su cuello, sintiendo su piel erizarse bajo mis labios.
—Tomás… —susurró entrecortadamente.
Mi boca recorrió su clavícula y bajé hasta sus pechos, tomándome mi tiempo para adorarlos con besos y caricias. Sus suspiros se conve
