Se me quedó la boca abierta.
Taylor, mi asistente tan perspicaz, me acaba de pedir que pase el fin de semana de Acción de Gracias con ella (básicamente cuatro días completos, y posiblemente el miércoles por la noche antes de todo eso) como su novio, su novio temporal.
Tartamudeé con voz sorprendida y chillona. - ¿En serio? ¿Hablas en serio? ¿Sabes lo que preguntas?-
Ella asintió rápidamente. - También te pido que pospongas el sexo por un fin de semana largo. No quiero que el sexo sea mi actividad principal, pero habrá...-
-¡Espera! ¿Qué?- Dejar de tener relaciones sexuales fue una consideración seria.
Taylor explicó: «Mi familia vive en las afueras de Rochester, Nueva York; a siete u ocho horas en coche para allá». Señaló hacia el oeste. «Les he mentido, varias veces, que tengo un novio 'algo' serio». Usó ambas manos para poner comillas alrededor de la palabra 'algo'. No tenía ni idea de qué significaba.
Ella continuó. - Nunca he tenido novio. Bueno, he tenido amigos que eran chicos, u hombres, pero nunca de forma romántica. Me han estado insistiendo durante años, en la universidad y después, y finalmente llegó a un punto álgido, así que les mentí hace unos dos años. No quería que pensaran mal de mí, así que después de mudarme a Boston hace dos años y conseguir un trabajo aquí, construí esta historia sobre un novio genial y cariñoso.-
Ah, y yo pagaré todo: vuelos, comidas y cualquier gasto que tengas. Además, esto es tan importante para mí que te pagaré 2000 dólares, todo lo que pueda. Solo necesito que finjas que somos pareja para el fin de semana largo. Quiero que parezca real. Me gustaría que voláramos a Rochester el miércoles por la noche y volviéramos el domingo por la tarde. Sí, ya sé que son los días de más viajes del año, pero tengo una amiga que trabaja en una aerolínea en el aeropuerto de Logan y puede conseguirnos buenos billetes.
Balbuceé. - Pero... pero...-
Taylor se fue de nuevo. - Sé que te preocupa que esto salga bien, pero supongo que tenemos cuatro semanas antes de las vacaciones y podemos conocernos un poco más cada día. Aún más incómodo será el tema de dormir. Mis padres son de la vieja escuela, así que seguro que nos asignarán habitaciones separadas. Tienen una casa de tres habitaciones. Esa es la parte del fin de semana sin sexo, pero quizá puedas abastecerte de aquí a entonces. -
-¿... abastecerse?- murmuré en tono desanimado.
Por fin me acostumbré a su propuesta. Le dije que recogiera sus cosas y que íbamos a cenar. Como soy un derrochador, la llevé a un sitio modesto llamado Thai House. Le gustó la idea. De camino, no dijimos ni una palabra, y yo la arrastraba un poco, tomados de la mano, para que pudiéramos seguir juntos en las aceras concurridas. Mientras caminábamos, mi mente iba a mil por hora.
Nos sentamos en una mesa del restaurante sin nadie cerca. Después de pedir, empecé a susurrarle. - Taylor, me gustas mucho. Odiaría perderte como mi asistente, pero no puedo hacerte esto. Esto es propagar una mentira. Piénsalo a largo plazo: ¿qué pasará entonces? ¿Qué pasará cuando tu familia descubra que soy un impostor o, peor aún, me investiguen y descubran qué clase de persona soy?. -
Ella sonrió e insistió. - No, no miento. Acabas de decir que te gusto, y me has dicho muchísimas veces que me respetas y que piensas que soy inteligente, competente, amable y una gran persona. Hoy mismo me dijiste que soy excelente en mi trabajo. Eso es todo. En cuanto a los demás, incluidos mis familiares, nuestra relación no ha avanzado lo suficiente como para pensar en algo más serio que lo que ya hacemos cuando salimos. Mientras estemos juntos, también podemos hacer cosas divertidas fuera de casa. No estarás "en el escenario" todo el tiempo. Puedo ayudarte a manejar cualquier fricción. -
Dije. - Ah, sí, sobre eso de "aprovisionarse" que mencionaste. La gente no puede acumular sexo, como si guardara dinero, comida o algo para usar después. Yo no podría hacerlo porque estoy excitado todo el tiempo; da igual si acabo de tener sexo, si ha pasado una semana o treinta minutos. Además, y peor aún, soy lo que se llama un "jugador". Ya lo sabes. Apenas tengo moral. -
-¿Un jugador? ¿Qué significa eso?-
El término se refiere principalmente a hombres que han tenido y siguen teniendo muchas parejas sexuales; hago hincapié en la palabra "muchas". Venga, me tomas el pelo todos los lunes por la mañana sobre mis fines de semana llenos de sexo, cada fin de semana con una pareja diferente. He tenido cuidado de no mencionar nunca el sexo contigo. No quiero involucrarme en un asunto de acoso s****l, y desde luego no quiero perderte por ningún motivo. Eres el factor clave para mi éxito en el trabajo.
Evito tener citas consecutivas justo después de salir con alguien porque no quiero dar la impresión de que estoy empezando un romance o una relación seria. Evito seriamente el compromiso. De alguna manera, sé cómo comportarme con las mujeres que me hacen atractivo. Intento desactivar eso en la oficina, pero aun así, ahí está. Creo que todos saben que hace poco saqué a Mónica y a su mejor amiga y luego me acosté con ellas hasta el olvido. Ella habló. Yo no.
Al parecer, no me cuesta mucho trabajo ligar, y me ha gustado estar con cada uno de ellos, y creo que el sentimiento ha sido mutuo. Cuando pido una segunda o tercera cita, siempre lo consigo. Por ejemplo, a esa chica universitaria que traje a casa el fin de semana pasado la recogí en el tren de cercanías después de solo diez minutos de charla informal, y luego de un poco de cortejo durante la cena posterior. Nos dimos el gusto el uno al otro en mi cama grande. Quiere volver a salir, pero no la volveré a ver en al menos un mes, probablemente más.
-Pero a veces a ti también te rechazan, ¿verdad?- preguntó Taylor.
El año pasado. Una vez. Con alguna que otra repetición, he estado con una mujer diferente casi cada fin de semana durante los últimos tres años, desde que empecé a trabajar aquí. La mayoría se queda de viernes a domingo o incluso el lunes por la mañana. Gran parte de ese tiempo, estamos... bueno, ya sabes.
Taylor me miró boquiabierta. - Sí, joder. ¡Guau! ¡Qué pasada! Eres increíble. Ya lo he descubierto yo también.-
Continué. - Entonces, no soy el mejor candidato para ser tu novio temporal. Alguno de tus padres o algún otro familiar se dará cuenta de que tengo ese tipo de antecedentes y reputación, y eso te perjudicará. Pensarán que elegiste mal a tu novio, y eso probablemente les preocupará mucho más que no tener uno. Peor aún, podrías acabar tildándote de zorra por estar dispuesta a salir con un hombre zorrón como yo. -
Taylor negó con la cabeza. - No. No. Será lo contrario. Pensarán que por fin he conseguido mi papel de novio y que, sí, nos acostamos sin parar a menudo. Aunque piensen que eres un mujeriego, me ayudará a ponerme en esa categoría también, o al menos más cerca. Eso es lo que quiero. -
Mírame. Soy una chica sencilla y tímida con pocas esperanzas de atraer el interés masculino. Incluso pensé en hacerme lesbiana para duplicar mis posibilidades de encontrar a alguien, pero esa tampoco soy yo, aunque admito que tengo curiosidad bisexual.
No me importa si me consideran una zorra. Les diré que soy una prostituta urbana sexualmente liberada, en lugar de la jovencita presumida, virginal y pícara que todos creen que soy. Estoy cambiando; quiero cambiar. Quiero liberarme. No sé cómo, pero he decidido intentarlo; es una decisión temprana. Necesitaré la ayuda de alguien como tú, pero creo que estoy lista. Necesito mejorar mi apariencia y mi actitud. Estoy desesperada.
Quiero sentirme empoderada y en control de mi cuerpo. Ahora mismo, me siento estancada. Quiero que algo suceda, y no estoy donde quiero estar. Mi trabajo está bien. Me gusta lo que hacemos y siento que estoy mejorando constantemente, incluso cuando recibimos casos más complejos.
Creo que también me estoy rebelando contra la doble moral entre hombres y mujeres. Tú puedes ser una mujerzuela y follar, follar, follar todo el tiempo, pero si yo hago eso, aunque sea un poquito, entonces soy una zorra. Bueno, yo quiero eso. Incluso fingiré ser tu zorra cuando estemos en mi casa por Acción de Gracias si eso te hace feliz.
-Pero no es así, y de todos modos estaremos en habitaciones separadas. - especulé.
Taylor se quedó pensativa un momento. Luego se le ocurrió una idea. - Sé cómo solucionarlo. Ambas conoceremos y hablaremos de algunos pequeños detalles en nuestros apartamentos, sobre todo en nuestras habitaciones. Así sabrán que yo he estado en tu casa y tú en la mía. No le daremos más importancia. Solo será algún detalle, como el color de tus sábanas o el tipo de luz que tengo junto a la cama. -
Puse los ojos en blanco. - ¿Y si decido que quiero coquetear contigo?-
-¿En serio?-chilló emocionada. - Eso sería... lo mejor. Entonces sí que seríamos un acontecimiento, y estoy segura de que nuestra química sería palpable. No te lo pediría si no me gustaras. De hecho, eres el único hombre que me gusta, y me gustas muchísimo.-
Negué con la cabeza otra vez. - No sé qué tipo de actor podría ser para ti. -